El metro cuadrado para comprar una vivienda en Getxo cuesta, de media, 3.611 euros. Una cifra que sitúa al municipio entre los más caros de todo el Estado para adquirir una residencia. Desde 2001, la localidad ha perdido 6.816 habitantes. Estos datos cogen el altavoz en esta campaña electoral y las distintas candidaturas locales no hacen oídos sordos. El PNV defiende el PGOU aprobado recientemente y un nuevo Plan de Vivienda; los socialistas abogan por el reconocimiento de la vivienda como derecho subjetivo; el PP quiere eliminar la restricción de la división de pisos; EH Bildu habla de incentivar la movilización de los más de 900 pisos vacíos; y Elkarrekin Podemos plantea una regulación de precios tras declarar Getxo como zona tensionada.

Todos los grupos incluyen en sus programas estas y otras propuestas para abordar esta problemática; algunas medidas son compartidas por la mayoría: prioridad a las viviendas sociales, seguir con las ayudas al alquiler para la emancipación juvenil, dar salida a los pisos deshabitados... En la actualidad, se están construyendo dos promociones de protección oficial. Por un lado, se están ejecutando las obras de 58 domicilios destinados al alquiler general en Iturribarri. La previsión es que estén listos y entregados para su gestión a la sociedad pública Alokabide en verano de 2025. Y, por otra parte, se encuentran los trabajos para generar 68 VPO de alquiler general en Sarrikobaso, cuya conclusión está calculada para finales del verano de 2024, de tal manera que puedan estar ocupadas en 2025. Además, a principios de este año se concedió licencia de obras para las 54 VPO previstas en Venancios –todas ellas en régimen de alquiler general–. De igual modo, el PGOU, aprobado de forma inicial el pasado noviembre, contempla la construcción de 4.601 nuevas viviendas, de las que 3.089 serán protegidas. Este planeamiento urbano, así como el diseño de un nuevo Plan de Vivienda “sobre todo para jóvenes y, a su vez, adaptado a todas las generaciones” son las principales herramientas que maneja el PNV “para que la juventud no se tenga que marchar de su pueblo, y para que las personas que se fueron puedan volver”, tal y como señala la candidata jeltzale, Amaia Agirre.

Por su parte, la aspirante del PSE, Carmen Díaz, opina que los nacionalistas han apostado, a lo largo de los años, “por una ocupación del suelo extensiva, por la promoción privada y de renta libre, y por un estilo de vivienda cara y lujosa que solo pueden permitirse las rentas más altas”. Por ello, considera que “hay dos modelos: el del PNV, que no funciona, y el del PSE, que se centra en el reconocimiento de la vivienda como derecho subjetivo”. Al cabeza de lista del PP, Eduardo Andrade, le chirría el PGOU y se compromete a ponerle freno, a la par que se postula a favor de “eliminar la restricción de la división de pisos y preservar el patrimonio inmemorial de Getxo, como es el caso del Baserri Tosu”. También el candidato de EH Bildu, Mikel Bildosola, hace alusión a “otorgar ayudas para rehabilitar y segregar viviendas”. Otras de sus ideas son: incentivar la movilización de los más de 900 pisos vacíos; aumentar las ayudas a la emancipación juvenil y mantenimiento en los años posteriores; o habilitar pisos sociales en el cuartel de la Guardia Civil de Algorta. Mientras tanto, Xabier Benito, al frente de Elkarrekin Podemos, menciona la regulación de precios declarando Getxo como zona tensionada, la paralización de la promoción de vivienda libre para impulsar la pública protegida y la creación de espacios para la vivienda colaborativa.