¿Tiene arreglo la ruptura de la confianza entre socios?

­­-No estamos hablando de una ruptura total de puentes entre los socios sino que, dadas las condiciones de la reforma laboral -un acuerdo entre los agentes sociales y el Gobierno y la condición fundamental de que no se iba a tocar nada de dicho acuerdo-, evidentemente los socios que estaban más a la izquierda, ERC o EH Bildu, no se unen al acuerdo. El PNV, ante la no prevalencia del convenio autonómico sobre el autonómico, tampoco. Pero era por las condiciones concretas de la ley, no porque necesariamente la confianza entre ellos esté totalmente rota. Es más, hay buenas razones para pensar que si se hubiesen intuido lo que finalmente pasó en la sesión, alguno de estos actores políticos -estoy pensando en el PNV- se habría podido mover a la abstención.

Los puentes pueden recomponerse pero siempre habrá más reticencias que en el pasado a la hora de alcanzar acuerdos.

-Yo no creo que ahora per sé tengamos que ver que todos los puentes están rotos entre los socios. Dicho esto, sí que es verdad que a medida que avance la legislatura lograr acuerdos va a ser más difícil. Porque cuanto más cerca estemos de las elecciones más perfil propio va a intentar marcar cada uno de los partidos políticos. Por eso los puentes pueden recomponerse, y lo harán dependiendo de nuevo de la ley.

¿Han tenido poca mano izquierda en las negociaciones el PSOE y UP? A veces parecen actuar como si tuvieran mayoría absoluta.

-Desde luego el Gobierno se tiene que hacer mirar la estrategia de negociación. Porque muchas veces plantea en la convalidación de los reales decretos (porque gobierna mucho por real decreto) la idea de que esto es un todo o nada, de que o lo asumes o lo que hay es peor porque vendrán el PP y Vox. Dedicarse todo el rato a asustar con la oposición termina quemando mucho a los socios. Hay que sentarse y tejer complicidades de una manera mucho más intensa. Creo que en ese sentido en general al Gobierno le falta mano izquierda. Y esto se da en un contexto en el que el Gobierno tiene 154 diputados y Podemos ni siquiera ha restituido el acta de Alberto Rodríguez.

Pedro Sánchez no ha hecho autocrítica en público sobre lo ocurrido en la votación de la reforma laboral. ¿Pero ha aprendido Moncloa la lección? ¿O volverá a intentar la llamada geometría variable?

-Esto de que existen como dos caminos es falso. Porque la geometría variable no existe. Incluso aunque tú incorpores a Ciudadanos, que son nueve diputados, te siguen faltando otros 15 hasta la mayoría absoluta. Requiere que metas más socios. Tú puedes meter a Ciudadanos, pero ha quedado claro que si no metes al PNV en la ecuación no llegas, incluso metiendo a todos los pequeños. Por lo tanto, no hay dos caminos.

¿Puede acabar abruptamente la legislatura si el Gobierno se ve sin apoyos en sus socios habituales?

-Que acabe abruptamente depende de los Presupuestos. Yo creo que aquí lo definitorio va a ser si el Gobierno es capaz de aprobar los próximos Presupuestos o no. Por eso creo que no va a haber una convocatoria de elecciones este año, pero sí la puede haber perfectamente en el año 2023 antes de que se agote la legislatura.

En el PNV ya han tendido la mano para recomponer la mayoría y desde Moncloa son también receptivos a ello. ¿Puede ser más complicado esto con ERC?

-Desde el PNV, que tiene un pacto mucho más estable con el Gobierno, la relación se va a recomponer. Y con ERC no tiene por qué ser imposible. Pero, insisto, esto va a depender muchísimo del tipo de ley del que hablemos.