Lejos de amainar, la tormenta provocada por las declaraciones del ministro de Consumo, Alberto Garzón, recomendó moderar el consumo de carne, en especial la procedente de macrogranjas ganaderas, y puso en duda la calidad de las exportaciones de carne procedentes de esas explotaciones, dando por hecho que existen en España, alcanzó ayer nuevas cotas. Unas críticas que, además, provinieron en un porcentaje importante desde las filas del PSOE, socio de Unidas Podemos-IU en el Gobierno español. El presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, que protagonizó una larga intervención en el Comité Federal de su partido, evitó respaldar de forma explícita a Garzón, al que no mencionó y solo hizo una defensa genérica de sus políticas respecto al sector ganadero.De auténtica avalancha se pueden tildar, en cambio, las declaraciones de presidentes autonómicos y dirigentes del PSOE cuestionando las palabras del ministro de Consumo sobre las macrogranjas. En el mismo marco del Comité Federal del partido, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, dijo que “los errores en la vida y en la política van en la misma proporción a la carga de trabajo” y que, como afirma un dicho de su tierra, “cuando el diablo no tiene nada que hacer, mata moscas con el rabo”. Agregó que “cuando alguien mete la pata, como lo ha hecho, y no es la primera vez, lo mejor es rectificar”, ya que “se pueden decir tonterías en todos los idiomas y en todas las latitudes políticas”, pero lo importante es dar marcha atrás, insistió.

Preguntado por si Garzón debería dimitir, el candidato del PSOE a la Junta de Andalucía, Juan Espadas, aseguró que pese a que las declaraciones del ministro “probablemente no hayan sido las correctas, el país no está para polémicas que se ceban desde la derecha”. Añadió que el ganadero es un “sector de primor en el que se crea economía y empleo y del que nos sentimos orgullosos”. También el exministro de Sanidad y líder del PSC, Salvador Illa, expresó su convicción de que el sector primario cumple con todas las exigencias de calidad impuestas por la UE y cuenta con su apoyo.

El portavoz del PSOE, Felipe Sicilia, defendió a su vez que “hay un apoyo claro al sector ganadero, importantísimo para la economía, para las exportaciones y para crear empleo en pequeños municipios”. Como contrapunto, criticó que “algunos” incrementen la polémica en torno a las palabras de Garzón, para “tensionar” al Gobierno.

Petición de cese

Aparte de este fuego amigo al ministro de izquierdas, la derecha siguió sin soltar su presa y redobló sus ataques a Garzón. La vicesecretaria de Organización del PP, Ana Beltrán, dijo que si Garzón no dimite, tiene que ser “cesado de inmediato” por el presidente Sánchez. “Un ministro que no vale y que quiere arruinar a nuestros ganaderos y al sector turístico tiene que irse de inmediato a la calle”, aseveró, y advirtió de que el PSOE se tendrá que “retratar” en la votación de las mociones que el PP llevará a varias instituciones para pedir el “cese” del ministro de Consumo.

Por su parte, Vox ha tomado la iniciativa para que el ministro de Agricultura, Luis Planas, comparezca en el Congreso con el fin de explicar la posición del Gobierno tras esta polémica. Los de Santiago Abascal registraron ayer una solicitud en la Cámara baja en este sentido, junto a una batería de preguntas escritas pidiendo a Moncloa que aclare cómo piensa “enmendar” el daño causado al sector ganadero y si prevé alguna campaña para “defender y recuperar la imagen” del mismo.

“Como dicen en mi tierra, cuando el diablo no tiene nada que hacer, mata moscas con el rabo”

Presidente de Castilla-La Mancha

“Un ministro que quiere arruinar a nuestros ganaderos y al sector turístico tiene que irse”

Vicesecretaria de Organización del PP