La acumulación de retrasos en las obras del Tren de Alta Velocidad no es una pauta de conducta exclusiva del Gobierno español de Pedro Sánchez, sino que viene de lejos y las demoras se han producido también con responsables del PP en La Moncloa. Pero los mensajes que están llegando desde el ministerio de José Luis Ábalos y desde distintas voces socialistas comienzan a tomar un cariz preocupante que el PNV quiere cortar de raíz. Los socialistas hablan ahora de una posible solución alternativa que no suponga soterrar el tren en su entrada a Gasteiz, algo que para el PNV es un incumplimiento flagrante del pacto y no se termina de creer que sea una vía transitoria. En esa línea, el presidente del PNV en Araba, José Antonio Suso, denunció ayer jueves "las continuas demoras" por parte del Gobierno español para activar el tren y soterrar su entrada en Gasteiz, y pidió a Ábalos que mantenga su "compromiso político". "No hay plan B", avisa Suso en un artículo colgado en su blog. Este mensaje llega después de que el PNV situara a Ábalos en la lista de los tres ministros díscolos que están poniendo en peligro su relación con los jeltzales, junto a José Luis Escrivá por el retraso del Ingreso Mínimo Vital, y Carolina Darias, por su intento de imponer actuaciones comunes a las autonomías contra el covid, finalmente rectificado.

En un artículo en su blog, Suso recuerda las declaraciones de Ábalos el 17 de enero de 2019, en la presentación del acuerdo interinstitucional de los gobiernos vasco y español, la Diputación foral de Araba y el Ayuntamiento de Gasteiz. El ministro aseguraba en aquel momento que había un compromiso "claro y cierto" para el soterramiento en 2023. Suso censura que el Gobierno español vuelva "a recular en este tema de calado, ya que puede suponer un antes y un después en la fisonomía de una ciudad seccionada en dos por las vías de ferrocarril". Admite que estas demoras y reticencias desde Madrid han sido el común denominador en la acción del PP y del PSOE porque "ha faltado voluntad política clara", pero se centra en denunciar que ahora "se pretende renunciar al soterramiento en paralelo con las obras del TAV y priorizar la llegada de la Alta Velocidad concediendo a la decisión un criterio de provisionalidad: el llamado tercer hilo". Recuerda que ya se tuvo "una estación de autobuses provisional durante más de dos décadas". "No nos podemos permitir que una solución provisional se convierta en definitiva. A Vitoria-Gasteiz no le interesa y tampoco se lo merece", dice, para avisar de que "no hay plan B; el plan A y el plan B deben ser el mismo: armonizar las obras de la infraestructura general con las del soterramiento". Por ello, pide al ministro que sea ambicioso.