La cuerda que une a los socialistas y a Podemos se vuelve a tensar por el flanco de los alquileres, y el tono de la pugna empieza a crecer en decibelios. La ministra de Igualdad, Irene Montero, avisó el jueves de que la propuesta que han elaborado los socialistas desde el ministerio de José Luis Ábalos es tan inasumible para la izquierda que solo podría ver la luz con los votos del PP, lo que supondría "un cambio de socio". Unidas Podemos cree que la propuesta de Ley de Vivienda, que no limita los precios del alquiler y se decanta por los beneficios fiscales, significa incumplir de manera flagrante su acuerdo de gobierno. Las palabras de Montero se pueden leer como un amago de romper la coalición o preparar el terreno para quebrar la unidad de voto en el Congreso e incluso hacer caer la ley con otros partidos de izquierdas. Puede ser una muesca más en el largo historial de desencuentros que arrastra la coalición y está por ver si es un choque pasajero en puertas de las elecciones en la Comunidad de Madrid del 4 de mayo.

Las fricciones se producen después de que el vicepresidente segundo y líder de Podemos, Pablo Iglesias, haya anunciado su marcha del gobierno para competir en las elecciones. Su movimiento ha suscitado interpretaciones opuestas: hay quienes piensan que la marcha de Iglesias y el ascenso de Yolanda Díaz y su perfil más discreto van a beneficiar a la convivencia con el PSOE, y otros, por el contrario, creen que puede ser una señal de que a Podemos no le interesa ya la coalición con los socialistas, y está molesto por el conato de acercamiento a Ciudadanos y el riesgo de ser desplazado. El propio Iglesias alzó la voz ayer para avisar de que no cumplir el acuerdo del alquiler es una "falta de respeto" a los ciudadanos, y que "un gobierno es de izquierdas cuando cumple los compromisos firmados". Ábalos, mientras tanto, aguanta el pulso y, en tono conciliador, pide a sus socios que valoren el contenido de su propuesta. Cree que aún quedan "espacios para converger".

La cuestión de los alquileres es estratégica para Podemos, y ese dato explica que la tensión esté llegando hasta este punto, aunque podría no ser la única razón y las elecciones madrileñas tampoco ayudan. Irene Montero avisó ayer de que "lo que se firma es palabra sagrada", tal y como dijo en un acto en Córdoba. "Si todos respetamos el acuerdo, no habrá ruidos, ni tensiones", advirtió. Montero cree que, con su contenido actual, la Ley de Vivienda no podría contar con el voto de Podemos, y "solamente podría salir con el apoyo del PP, con el cambio de socio por parte del PSOE".

Según dijo, "pese a la propuesta que supone darle dinero a quien más tiene, el PSOE va a rectificar y va a cumplir el acuerdo de gobierno, que es muy claro" en la "necesidad de regular los precios de los alquileres". "Vamos a ser cabezones e insistentes para que se cumpla el acuerdo de gobierno", sentenció. En una clave más electoral, Montero dijo que "solo con un gobierno progresista se van a poder hacer transformaciones", e "incumplir el acuerdo es algo que no se puede ni plantear". No cederán, y podría traducirse en una ruptura de la unidad de voto como en la Ley Zerolo, aunque en esa ocasión Podemos solo se abstuvo.

Iglesias, por su parte, aseguró que quiere ser "cristalino" y manifestar que "el acuerdo está para cumplirse", porque lo contrario es una falta de respeto para los ciudadanos y él no lo va a consentir. Ábalos plantea un sistema de incentivos fiscales que recoge una reducción de hasta un 90% en el IRPF para los propietarios que rebajen un 10% el alquiler de sus viviendas en zonas tensionadas. El ministro mantuvo ayer que no da por "liquidadas" las negociaciones y dijo que sus medidas están a la vanguardia de Europa.

"Pido que se baje al detalle y se valore la bondad de la propuesta"

Ministro de Transportes