El Gobierno español echa balones fuera con el caso de Mikel Zabalza como si no pudiera hacer nada por esclarecer su muerte en 1985 y todo correspondiera a los tribunales. Tras esquivar la pregunta del PNV en el Senado asegurando que serán los jueces y la Fiscalía quienes decidan si hay que reabrir el caso, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, se enfrentará este miércoles en el pleno del Congreso de los Diputados a una interpelación urgente anunciada por Aitor Esteban. El portavoz del PNV denunció ayer que es “terrible” que el Gobierno español “mire para otro lado”, y formulará una interpelación a Marlaska a la que seguirá una moción el martes siguiente.Esteban quiere que se esclarezca el caso y se desclasifique “material secreto que seguramente podría arrojar luz”. “Una democracia plena debería actuar de esa manera”, dijo en Onda Vasca. El caso ha regresado a la palestra después de que se hayan hecho públicos los audios de la conversación entre el otrora coronel del Cesid Juan Alberto Perote y el capitán de la Guardia Civil Pedro Gómez Nieto. Admiten que Zabalza murió torturado en el cuartel de Intxaurrondo. Durante décadas, la familia ha sufrido una desgracia añadida: la verdad oficial asegura que Zabalza murió ahogado en el Bidasoa, tratando de huir, cuando conducía a las fuerzas de seguridad hacia un zulo de ETA. Esteban recordó las trabas para cambiar la Ley de Secretos Oficiales, y recordó que, al tiempo que el PP pide esclarecer los atentados de ETA, algo “absolutamente correcto”, deben esclarecerse los abusos policiales y casos como el del Bar Aldana o García Goena, víctima de los GAL.