Quizás el día no acompañaba porque correspondía marcar perfil en el debate de las enmiendas a la totalidad, y además el clima político está crispado por las peticiones de dimisión contra la consejera Sagardui. Sea cual sea la razón, Elkarrekin Podemos-IU se presentó ayer en el pleno del Parlamento con un discurso menos conciliador que el mostrado durante la fallida negociación presupuestaria.Su intervención arrancó con la toma de palabra de Jon Hernández, de IU, el partido que se desmarcó de la coalición y no firmó el pacto presupuestario que rubricó Podemos con el Gobierno vasco en 2020. Opinó que los Presupuestos para 2021 son “continuistas”, y que “dejan en manos privadas lo que es de todos”. Solo concedió que existe un programa para el coronavirus, pero lo rechazó por ser un “cajón desastre”. “Ha primado la obsesión de mantener el equilibrio presupuestario”, añadió, en una posible alusión a su exigencia de incrementar el techo de déficit. “Usted debe ser el único que no ve una diferencia de modelo”, zanjó. Pero el tono duro no se debía a que el portavoz de IU fuera más crítico que Podemos. Miren Gorrotxategi tomó el testigo criticando a la consejera de Salud y pidiendo una comisión de investigación, y cargó contra el Presupuesto “neoliberal” e “inmóvil” ante la crisis. La coalición pidió exprimir el margen para la deuda y acusó a Azpiazu de no atender demandas políticas.