“El lehendakari no quiere amargarle la vida a nadie” y, cuando se adoptan medidas restrictivas en el LABI, “es porque son estrictamente necesarias”. Así se pronunció el lunes en Onda Vasca el presidente del EBB Andoni Ortuzar. “Cuando se toman las medidas, ponemos la vista en las consecuencias negativas que pueden tener y nos acordamos de los sectores afectados. Cuando suben los contagios y se acerca el peligro en las UCI, pedimos al Gobierno que apriete más. Es contradictorio”, añadió, convencido de que la pandemia también va a “poner nota” como país.

En este sentido, el dirigente jeltzale insistió en que “hay que respetar los derechos de todo el mundo, pero debe prevalecer el derecho de la salud pública”, y dijo estar “tranquilo” porque considera que “estamos en buenas manos, del lehendakari y de las autoridades sanitarias”. “Estamos haciendo caso a unos técnicos que son muy buenos, en este país hay un sistema sanitario de primerísimo nivel. Vamos a hacerles caso aunque no nos venga bien”, apuntó Ortuzar, quien pidió a la sociedad vasca “un penúltimo esfuerzo” para “llegar bien a la vacuna” evitando una tercera ola del virus, que “anda suelto”. Tras recordar lo que está sucediendo en Reino Unido con la nueva cepa, ahondó en que “hay cosas todavía para mantener las armas en alto, ser responsables, y hacer caso a lo que se nos diga”.

Por otro lado, Ortuzar resaltó que la crisis sanitaria está siendo también “una prueba para la salud de la identidad de un país”, de manera que, además de estar en juego la salud física, también “cómo se dé respuesta y cómo se salga de la crisis va a poner nota como sociedad”. A su entender, “lo estamos haciendo razonablemente bien, pero tenemos que aguantar esta txanpaporque “quedan unos cuantos meses todavía hasta que no esté todo el mundo vacunado y seguramente al día siguiente tampoco se podrá decir que esto está acabado”. “Debemos hacer ese esfuerzo pensando en el colectivo. Si uno no lo quiere hacer por sí mismo, que lo haga por los demás”, zanjó.