El párroco de Lemoa ha sido retirado de los oficios eclesiásticos que venía desempeñando tras las manifestaciones sobre ETA efectuadas en una entrevista que aparece en el documental de Iñaki Arteta titulado Bajo el silencio, en la que aseguró que el de la banda "no era terrorismo, sino una respuesta a una represión" y una "guerra entre bandos".

El Consejo Episcopal de la Diócesis de Bilbao ya había rechazado las declaraciones del párroco por humillar a víctimas de ETA, y había desautorizado al mismo. La diócesis considera que debe asumir las consecuencias legales de sus palabras y pide perdón a quienes sufrieron la violencia de la banda.

La Asociación Dignidad y Justicia (DyJ) ha presentado en la Audiencia Nacional una querella contra el clérigo al estimar que sus declaraciones en el documental Bajo el silencio justifican el terrorismo de ETA y humillan a sus víctimas. En un momento de su intervención señala: "No era terrorismo, sino una respuesta a una represión que se estaba sufriendo, que es muy distinto". Sobre un atentado en Lemoa en 1981 en el que murieron dos guardias civiles dice: "No sabías a qué atenerte, por una parte te alegras de que, bueno, su merecido se llevan, y, por otra parte estás diciendo, pero no está bien".

En una nota, el Consejo Episcopal de la Diócesis de Bilbao aclara que estas declaraciones "en modo alguno reflejan la posición de esta diócesis ni del clero diocesano sobre los temas abordados". "Lamentamos profundamente y pedimos perdón por el dolor que estas declaraciones pueden ocasionar en quienes sufrieron la violencia terrorista, que atenta contra la dignidad de la persona, embrutece a la sociedad y siempre constituye un mal y una injusticia que nunca puede ser justificada", señala la Diócesis.

Pide perdón

Tras tener conocimiento de la carta de la Diócesis, el párroco mostró su arrepentimiento por sus "desafortunadas declaraciones" y pidió perdón a las víctimas. El cura remitió una carta a Mario Iceta en la que muestra su arrepentimiento por sus "desafortunadas declaraciones", pide "sinceramente perdón a las víctimas", se compromete a "seguir trabajando por la paz y la reconciliación", y se pone a la entera disposición del obispo.