El Gobierno español necesita los seis votos del PNV en el Congreso de los Diputados para garantizar la estabilidad de la legislatura más allá del trámite de los Presupuestos del año que viene. Ha tomado nota del enfado de sus socios, e intentará reconducir el último desencuentro con los jeltzales, provocado por la incorporación al proyecto presupuestario de una subida del impuesto al diésel a pesar de haber apalabrado con el PNV que no habría cambios. El Gobierno español apostó ayer por alcanzar un acuerdo en el periodo de enmiendas con el PNV, que había anunciado veinticuatro horas antes su intención de dar un paso atrás en su apoyo al proyecto de Presupuestos de 2021 y meditaba su posición tras la quiebra de la confianza.

Lo llamativo de la jornada del miércoles consistió en que fue Ciudadanos quien asomó en esta controversia, para anotarse como éxito que tenía un compromiso con el Ejecutivo de Sánchez para retirar el impuesto en la fase de enmiendas. Pero la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, desautorizó a los naranjas y negó que se haya producido un contacto en el comité de negociación. Por el contrario, se remitió al PNV como "socio preferente para toda la legislatura" ante las preguntas de la prensa sobre el enfado de los jeltzales. Montero tampoco confirmó que se vaya a retirar el impuesto, pero se abrió a debatir con el PNV y confió en que haya acuerdo. Además, Podemos también apuesta por aplazar "un poco" esta fiscalidad y todo apunta a una rectificación ante el problema político que se le presenta a Sánchez. Los jeltzales no sabían nad el miércoles, tampoco sobre el anuncio de C's, que no deja de ser un compromiso verbal que también tenía el PNV; aunque el grupo de Aitor Esteban se vio reforzado como interlocutor preferente.

"Yo voy a ser muy clara: el PNV es un socio preferente de este gobierno para toda la legislatura. Por tanto, llegaremos a un acuerdo con el PNV y lo haremos a lo largo de este proceso que ahora se inicia y que empieza desde el momento en que el Presupuesto supera las enmiendas a la totalidad y se incorporan las enmiendas que los grupos políticos vayan planteando. Si el acuerdo con el PNV será en relación con esta cuestión u otra, habrá que dejar cauce a la negociación", dijo la ministra. El proyecto de Presupuestos para el próximo año que se presentó anteayer contempla una subida impositiva desde los actuales 30,7 céntimos por litro hasta 34,5, lo que desató la protesta de un PNV que había pactado con el Ministerio de Hacienda que no hubiera cambios porque penalizan a la industria vasca del automóvil, y porque no es una medida progresista en la medida en que la mayoría de usuarios del diésel no son personas pudientes.

El portavoz jeltzale, Aitor Esteban, había amonestado en privado a la ministra Montero, quien lo dejó todo abierto en su comparecencia ante la prensa para detallar los Presupuestos. La ministra no quiso concretar si va a retirar el impuesto y a rascar los 500 millones de recaudación por otro lado. Desde la vicepresidencia de Derechos Sociales y Agenda 2030 que dirige el líder de Podemos, Pablo Iglesias, filtraron a las agencias que ellos tampoco deseaban la subida del diésel porque penaliza a la clase trabajadora, exactamente lo mismo que había dicho el jeltzale Andoni Ortuzar por la mañana. Podemos pide avanzar en la fiscalidad verde pero esperando "un poco", según Europa Press. Por lo visto, accedieron al impuesto a cambio de medidas en el Plan Renove. Las posiciones están polarizadas y algunos partidos de izquierda sí quieren el impuesto o no lo rechazan, como Más País, EH Bildu o el propio portavoz de Transición Ecológica de Unidas Podemos, Juantxo López de Uralde.

industria y clase media

Sánchez está dispuesto a priorizar su relación con el PNV. Puede ser que todo quede reducido a una tormenta en un vaso de agua. Es conocida la apuesta personal del presidente español por el veto al diésel, que ya agitó hace meses, pero que de momento no tiene los apoyos necesarios. Afecta a los empleos en la industria vasca, como la planta de Mercedes en Gasteiz, que fabrica furgonetas que usan en esencia combustible diésel y cuya demanda puede verse tocada por esta subida de impuestos que ahuyenta al comprador. Pero, sobre todo, el impacto se lo llevaría el bolsillo del propietario actual de un coche diésel. El que quiera comprar uno en el futuro podría cambiar de idea. En concreto, la medida se plasmaría en 3,45 euros más al mes para un consumidor que haga unos 15.000 kilómetros al año. El tipo impositivo del diésel pasaría a 34,5 céntimos el litro, para acercarse a los 40,07 de la gasolina, con el argumento de que contamina.

La mañana del miércoles comenzó con las declaraciones del presidente de la ejecutiva del PNV, Andoni Ortuzar, en Radio Popular. No le ha gustado el impuesto en fondo ni forma, porque existía un compromiso para no incluir esa subida y se ha "minado la confianza". "No es bueno bajo ningún concepto", dijo.

Por un lado, negó que la medida sea progresista porque el uso del diésel se asocia a los transportistas pero también a los coches más modestos, de personas que no son pudientes. Por otro lado, avisó de que "pone en una situación muy difícil a muchos puestos de trabajo en la industria vasca que se dedican a los motores diésel". "Entiendo cuál es la finalidad última, que en 2050 se vaya a unas emisiones menos contaminantes, pero de aquí a 2050 tendremos que poner los bueyes antes que el carro y pensar qué hacer con la industria que se dedica al diésel, ver cómo la reconvertimos", dijo. Por ello, dijo que, en caso de confirmarse este impuesto, el PNV plantearía enmiendas para paliar su efecto en la industria y salvaguardar los empleos. Los jeltzales sí han logrado que el Gobierno español dé marcha atrás en el IVA a la sanidad y educación concertadas.

Unas horas después, C's anunciaba que ha descartado la enmienda a la totalidad porque ha conseguido que la subida al diésel desaparezca en la fase de enmiendas. El plazo para registrar enmiendas a la totalidad acaba a las 14.00 horas del viernes de la próxima semana, y se votarán los días 11 y 12 de este mes. Unidas Podemos se sumó desde la vicepresidencia asegurando que la medida penaliza a las clases medias, aunque su portavoz de Transición Ecológica, Juantxo López de Uralde, siguió defendiendo el impuesto con el argumento de que "es una reclamación europea". EH Bildu, por boca de Mertxe Aizpurua, también vio "lógica" la subida porque es una "obligación con la ciudadanía y el medio ambiente". Sobre C's, Montero había negado el contacto, pero se mostró "encantada" de "poder hablar". C's mantuvo su versión y apuntó que la conversación la tuvo con La Moncloa.

Millones para Euskadi. Los Presupuestos estatales detallan la inversión que se dedica a cada comunidad. La vasca recibe 512,46 millones, algo más que en 2018 (509,05), aunque el porcentaje sobre el total de las autonomías baja ligeramente hasta el 4,2%. Se venía de un incremento muy alto. El PNV evaluaba ayer con lupa que se encuentren las inversiones plurianuales pactadas y no realizó ninguna valoración sobre las cifras. Además, en concepto de Cupo, Euskadi pagará 55 millones menos.

"El PNV es el socio preferente para toda la legislatura y llegaremos a un acuerdo"

Ministra de Hacienda

"Este impuesto no es bueno ni progresista; los que echan diésel no son los más pudientes"

Presidente del EBB del PNV