La Audiencia Nacional rechazó ayer la medida cautelarísima que pidió un abogado para paralizar la orden del Ministerio de Sanidad que acordó imponer restricciones en diez municipios de la Comunidad de Madrid, entre ellos la capital, para atajar los contagios por el coronavirus. Ello supone un antecedente negativo contra el recurso que presentó la propia Comunidad de Madrid el pasado viernes, el mismo día en que entraron en vigor estos confinamientos selectivos, y con el que la presidenta de la capital del Estado, Isabel Díaz Ayuso, se juega buena parte de su crédito y quizás también su futuro político.En un auto, la sección octava de la Sala de lo Contencioso-Administrativo explica que en este caso no concurren las razones de especial urgencia que exige la doctrina para adoptar una suspensión de la orden ministerial sin escuchar a la otra parte, la Abogacía del Estado, como establece la medida cautelarísma. Ello pone en cuestión la posición de Ayuso, que ha optado por judicializar sus diferencias con el presidente español, Pedro Sánchez, acusándolo del “caos” que se iba a producir en la Comunidad de Madrid, un desorden que al final no ha tenido tal envergadura. La decisión de la AN sobre el recurso de Ayuso puede llegar en pocos días tras ser admitido a trámite el pasado sábado, pero el fallo emitido ayer hace prever que sea de nuevo en sentido negativo para los denunciantes, toda vez que se entiende que se basarán en argumentos similares.

En su resolución de ayer, la AN tampoco cree que la aplicación del acuerdo del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud haya producido una vulneración de los derechos fundamentales, porque la orden se dirige a las comunidades autónomas y no a los ciudadanos. Las restricciones afectan a diez municipios de la Comunidad de Madrid de más de 100.000 habitantes con alto nivel de contagios, y supondrán salir y entrar a esa zona solo en casos de fuerza mayor.

Algunas fuentes apuntaban ayer que un fallo judicial que tumbe las medidas cautelares solicitadas por esta comunidad podría llevar al presidente del PP, Pablo Casado, a cobrarse la cabeza de Ayuso, cada vez más contestada. La presidenta madrileña recibió ayer el respaldo cerrado del partido por boca de su secretario general, Teodoro García Egea, y una ley no escrita dice que ese puede ser el anticipo directo de su caída. Por el momento, Egea expresó el apoyo “sin fisuras” de la dirección popular a Ayuso frente a la “lucha de Sánchez contra Madrid” y no contra el virus, al tiempo que acusó al ministro de Sanidad, Salvador Illa, de hacer campaña electoral en Catalunya con el confinamiento de Madrid. “Es el primer acto de Illa, ha sustituido la pegada de carteles por intervenir Madrid”, criticó.

La diputada del PP y exportavoz del partido en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, que presume de verso suelto e iconoclasta, respaldó a su vez a Ayuso y aseguró que el Gobierno español ha pasado del “estado de abulia”, donde a su juicio trasladaba el coste político de la pandemia a las autonomías, al “asalto político” a la Comunidad de Madrid en el que “todo vale”.

C’s, a la contra

Donde Ayuso no cuenta con tantos apoyos es precisamente en su socio de gobierno, Ciudadanos. El mismo viernes dimitió el responsable de Políticas Sociales, Alberto Reyero, quien apeló a la “unidad de las instituciones como el camino más acertado para vencer al virus”. Este es el argumento por el que ha venido abogando el vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado, que ha apostado por la colaboración institucional en vez de por la vía judicial.

La vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, admitió ayer que ella y Aguado están “muy preocupados” por la falta de consenso entre Moncloa y la comunidad porque “no estamos consiguiendo” el objetivo para el que fue creado Ciudadanos. “Madrid no es un campo de batalla entre la derecha y la izquierda, esto es un virus que nos está poniendo en jaque a todos”, señaló.