Si alguien albergaba alguna duda sobre el éxito de las negociaciones entre PNV y PSE para formar un nuevo gobierno, ayer recibió la confirmación definitiva de que esta semana habrá fumata blanca por boca del implicado menos aficionado a las elucubraciones sin base: el lehendakari se mostró “confiado” en que “esta misma semana” se alcance un acuerdo. Es cuestión de horas, y el anuncio se realizará entre hoy y mañana y, de paso, supondrá un balón de oxígeno para Iñigo Urkullu porque se cumplirán los plazos deseados por los jeltzales y el pacto llegará antes de que el viernes acabe el plazo para registrar su candidatura a la investidura en el Parlamento Vasco. A partir de ahí, no quiso entrar en detalles sobre el contenido del acuerdo, y no respondió a la pregunta que mayor morbo político despierta en estos momentos: si le gustaría que la líder del PSE, Idoia Mendia, entrara en el gobierno, y lo hiciera como vicelehendakari. “No voy a hacer ninguna cábala”, zanjó. Se centró en las prioridades del gobierno sin contribuir lo más mínimo a alimentar las especulaciones, y volvió a lanzar un alegato por la coordinación institucional y los acuerdos amplios al margen de la mayoría absoluta que va a sumar con el PSE. Tampoco fuentes socialistas quieren confirmar más detalles, y dejan caer que las cuotas en el gobierno se conocerán la próxima semana.

Como mensaje político en el Consejo de Gobierno de Miramar, el último de su Ejecutivo en funciones y el primero tras el paréntesis veraniego, reiteró su apuesta por los acuerdos amplios. Aseguró que PNV y PSE comparten la necesidad de empezar cuanto antes, y que sus prioridades son la crisis sanitaria, la vuelta a las aulas, la formación de un nuevo gobierno y la puesta en marcha de la institución desde la estabilidad y con el reto de unos nuevos Presupuestos para 2021. “Sabemos que Euskadi va a necesitar un clima de consenso y acuerdos. La cultura que voy a propiciar desde el primer día si soy elegido. Euskadi es nuestro bien común”, dijo, para apostar por la “suma de capacidades” de las instituciones, las empresas, las familias y toda la sociedad en general.

Abogó igualmente por el autogobierno, la fortaleza de los servicios públicos, la reactivación económica y la recuperación del empleo, unos retos que cree que abordarán con “mayor experiencia”. En una intervención que comenzó con el recuerdo al fallecido Javi Lanza, periodista de TVE, trasladó su agradecimiento a sus once consejeros, algunos de los cuales no repetirán. Dijo que el resultado de su actuación “ha sido positivo” y que la comunidad autónoma cuenta con unos servicios de “primer nivel” que han permitido responder a la emergencia sanitaria. Quizás como mensaje subliminal por la convivencia entre ocho consejeros del PNV y tres del PSE, puso en valor que el gabinete ha compartido “una misma estrategia”. Citó a todos los consejeros, incluso a los que abandonaron el gabinete por distintas causas, para trasladar su reconocimiento.

La investidura tendrá lugar el 3 de septiembre, y las bases de PNV y PSE tienen que ratificar el acuerdo antes de esa cita. La Asamblea Nacional jeltzale se reunirá el lunes, y el PSE celebrará su consulta a la militancia en torno a esas fechas. El acuerdo programático está prácticamente listo, y la última discrepancia seria, el nuevo estatus de autogobierno, ha quedado resuelta con una redacción similar a la de 2016, dando libertad a ambos partidos para defender cada uno su propuesta sin vincular al Gobierno vasco, tal y como publicó ayer este periódico.

“Sabemos que Euskadi va a necesitar un clima de consenso y acuerdos”

Lehendakari en funciones