Enfrascado en un pulso con el exabogado del partido, José Manuel Calvente, y presionado por la derecha política y mediática para que abandone su cargo de vicepresidente segundo del Gobierno español; Pablo Iglesias se explicó ayer por vez primera tras la imputación a Podemos por presunta financiación ilegal tras la declaración en sede judicial del letrado, que admitió, eso sí, basar sus acusaciones en “rumores de la militancia”. Y lo hizo el líder morado en su reaparición pública para defender las cuentas de su formación frente a lo que considera un “juicio mediático” y advirtiendo de que no tiene intención de dimitir sino de seguir trabajando desde el Ejecutivo de coalición con una agenda republicana que beneficie al “interés general”. Así se pronunció Iglesias en su perfil oficial de Twitter cuatro días después de que se conociera la apertura de la investigación, que no de un juicio oral, a la fuerza de izquierdas, y que afecta también a su secretario de comunicación, el tesorero y el gerente, entre otros. El secretario general de Podemos reiteró lo manifestado por otros dirigentes del partido al rechazar la existencia de una caja B y mostrarse “orgulloso” de la denominada caja Bcaja Scon las donaciones que hacen todos los cargos públicos morados de parte de su sueldo y que se usan para respaldar a colectivos sociales.

Rebajando el tono de discrepancia por el proceder del poder judicial en este caso, Iglesias señaló que Podemos está a “disposición” de las autoridades judiciales para facilitar la documentación e información que estimen oportuno, aunque entiende que su formación ya ha sido “investigada repetidamente y jamás se ha hallado un indicio de delito”. Por ello entiende que se trata de un juicio mediático que vienen padeciendo con “una lista interminable” de acusaciones estériles que han acabado en nada. Tirando de frase hecha, una especie de difama que algo queda, ya que este tipo de actuaciones “pesan siempre más que el final de los procedimientos judiciales a la hora de instalar relatos”. Iglesias censuró así el “daño que hacen horas y horas de tertulias, portadas escandalosas y telediarios”: “Eso no lo repara el archivo sistemático de los procedimientos”, zanjó.

desviar el foco

El número tres del Gobierno de coalición rechazó que todos los partidos “sean iguales”, distanciándose de las pruebas y resoluciones que en su día dinamitaron el PP y el Ejecutivo de Mariano Rajoy por culpa de lo que sí era “corrupción” con la la caja B y los sobresueldos: “Lo cierto es que somos la primera fuerza de Gobierno en España que no pide préstamos a los bancos ni debe nada a las oligarquías económicas”, presumió Iglesias, para quien estas “acusaciones sin fundamento” obedecen a la intención de desviar la atención y que no se hable de la huida de Juan Carlos de Borbón ni del debate sobre la monarquía, o de cómo emplear los fondos europeos para la reconstrucción. “No les vamos a dar ese gusto”, matizó el líder morado.

En esta tesitura, Podemos seguirá formando parte del Gabinete de Pedro Sánchez para “defender el interés general junto a la sociedad civil desde el Parlamento y desde el Gobierno. Defender la justicia social y un horizonte republicano como parte del Gobierno tiene y tendrá costes”. A su juicio, “los cambios y el progreso no se producen sin la resistencia de los viejos poderes”. “Pero nuestra democracia, el Estado de Derecho y el interés general que proclama la Constitución son las conquistas históricas de los pueblos frente a los viejos poderes y serán nuestra referencia para seguir avanzando”, argumentó Iglesias.

“Seguiremos en el Gobierno para defender la justicia social y un horizonte republicano”

Vicepresidente segundo del Gobierno