El golpe de efecto de Vox al anunciar una moción de censura contra Pedro Sánchez en septiembre con la que pretendía situar al PP frente a su espejo se ha encontrado con un auténtico muro de contención por parte de esta formación. Ayer fue el presidente popular el que rechazó apoyar esta iniciativa por considerar que solo beneficiará al Gobierno de coalición del PSOE y Unidas Podemos y porque su intención declarada es derrotar a la izquierda en unos comicios.

En su intervención en un curso de verano organizado en Aranda de Duero (Burgos), en la que no citó en ningún momento a Vox, abogó por sumar y por la unión de diferentes sensibilidades para posibilitar una mayoría alternativa a la que aupó a Sánchez a Moncloa. Rechazó por tanto una iniciativa que considera frentista y excluyente, y que de presentarse es probable que solo recabe los apoyos del partido ultra.

El líder popular, como un partido “de puerta ancha en el que quepan liberales, democratacristianos, conservadores pero también socialdemócratas”. Explicó que su partido quiere unir a todos ellos en torno a “un proyecto como alternativa de futuro”. “Todo lo demás, si no, será a favor de los que nos están malgobernando”, advirtió, rechazando así de forma tácita brindar su apoyo a la moción de censura.

Esta posición tan tajante no amilanó a los representantes de la formación de ultraderecha, que ayer siguieron maniobrando para intentar llevar a buen puerto su arriesgada iniciativa. De hecho, ése es uno de sus objetivos ya cumplidos, el de ganar protagonismo en el ámbito de la derecha. Ayer, dirigentes de Vox como Macarena Olona o Iván Espinosa de los Monteros abrieron la puerta a que el líder de su partido, Santiago Abascal, no defienda la moción de censura como candidato a presidente del Gobierno. Con ello pretenden lograr el apoyo de formaciones a priori reticentes.

El propio Abascal ya aseguró el miércoles en el Congreso que no buscaba “protagonismo ni personalismos” con esta moción de censura, sino que su único objetivo es echar al Gobierno de coalición y “salvar España”. “No tiene por qué ser Abascal y tampoco no ser”, confirmó ayer su portavoz parlamentario, Espinosa de los Monteros. Vox intentará abrir un periodo de diálogo en las próximas semanas con el PP pero también con diputados de otros grupos, incluido el PSOE, donde cree que hay muchos descontentos.

La posición del PP, no obstante, es firme, y Casado dijo ayer que hay una “alternativa política lista para volver a gestionar una recesión y salvar a España de una crisis”. “Pero sobre todo lista a hacerlo en las urnas, un partido que quiere ganar a la izquierda -prosiguió-. Y que además quiere hacerlo como sabemos, atrayendo la unión de todos aquellos españoles a los que no les gusta este Gobierno radical que pacta con independentistas, con herederos de Batasuna y populistas”.

La moción de censura provocó también reacciones entre los miembros del Gobierno, y el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, opinó que en realidad va dirigida “contra Casado”. El titular de Justicia, Juan Carlos Campo, calificó esta iniciativa de “cantos de sirena” y acusó a Vox de “vivir en otra realidad”, y la ministra de Industria, Reyes Maroto, dijo que es “señal de que hay legislatura para rato”.

“Queremos ganar atrayendo a todos aquellos a los que no les gusta este Gobierno”

Presidente del PP

“Un otoño como el que viene con este Gobierno va a generar una tragedia mucho mayor”

Portavoz de Vox