Afanado en la tarea de reconstrucción para paliar las consecuencias de la pandemia, Iñigo Urkullu reclamó ayer a Pedro Sánchez claridad en materia de disposición de recursos y la capacidad de endeudamiento que tendrá Euskadi, concretando un marco financiero "de certeza" en el Estado, para poder abordar el relanzamiento de la economía. Así se lo trasladó en la última conferencia de dirigentes autonómicos con el presidente español, donde el lehendakari defendió el empleo como "la mejor política social" y anunció que el Gobierno vasco, pese al horizonte electoral, trabaja en la estrategia Guztiok Bat de reactivación económica a medio y largo plazo. "Hay una serie de incógnitas, en nuestro caso relativas a la metodología para la actualización de los objetivos de estabilidad presupuestaria y deuda, así como el déficit sobre el PIB, que deben ser despejadas", argumentó el máximo dirigente de Lakua, para quien es necesaria esa "certeza económica para invertir y reactivar el mercado interno". "Es hora de actuar y, para ello, debemos conocer los recursos, las herramientas y el horizonte con que contamos", recalcó.

Además de "velar por la garantía de las políticas sociales", Urkullu expuso en materia económica que en Euskadi "sabemos que sin industria, sin Investigación y Ciencia, sin apuesta por la inversión productiva y sin apoyo a la internacionalización del tejido empresarial, no hay reconstrucción", ofreciendo su disposición a colaborar en este empeño que su propio partido, el PNV, pretende impulsar mediante un Plan Nacional Vasco y asentar así las bases sólidas para construir una economía "sana y competitiva". Una tarea que el lehendakari ha dejado en manos de dos de sus consejeros de confianza, la de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, y el de Hacienda, Pedro Azpiazu, tras consensuar la hoja de ruta con los diputados generales en una reunión que mantuvieron en Ajuria Enea la pasada semana. El jefe del Ejecutivo vasco ha pedido ya en varias ocasiones a Sánchez que programe una comisión mixta del Concierto Económico para aclarar todas esas cuestiones y qué porcentaje de los 16.000 millones de euros que va a entregar el Gobierno español a las autonomías para la reconstrucción corresponderán a Euskadi ya que, en principio, Moncloa anunció que irían destinados a las comunidades de régimen común.

GRAVES CIFRAS

Su objetivo es "ser actores de primera línea en Europa y ofrecer nuestro valor añadido en materia de legitimidad, efectividad, proximidad y experiencia de cara a la recuperación económica y del empleo, un objetivo comunitario y un bien común". Urkullu no escondió las previsiones de su Ejecutivo para la economía vasca, cuyas cifras muestran "la gravedad de la situación": una caída del 8,7% del PIB y la pérdida de 68.000 empleos a tiempo completo. "Todas las instituciones públicas hemos puesto en marcha planes de choque en el corto plazo", señaló, subrayando que la prioridad es entregarse a los ámbitos de la Salud, Educación y Protección social; y "ayudar a las personas más desfavorecidas". "Así lo estamos haciendo", zanjó. Recordó asimismo el líder jeltzale que el próximo viernes el Consejo Europeo analizará el proyecto Next Generation Europe, presentado por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Layen, y se tendrá "una certeza con el marco financiero europeo". "Por nuestra parte, y como consecuencia de una resolución del Parlamento Europeo, estamos impulsando en el RLEG (Regiones europeas con competencias legislativas) una aportación sobre la cooperación reforzada en el futuro de la Unión Europea".

A expensas de que el Gobierno vasco evalúe hoy la situación de la primera semana de la fase 3 para dar o no por finalizado el estado de alarma, el lehendakari afirmó que "seguiremos actuando con transparencia, sin importarme que la exposición realizada a diario pueda ser utilizada de manera incorrecta", valoró en alusión a los mensajes procedentes desde la oposición en plena precampaña electoral. Tras expresar su deseo de que en el resto de comunidades "todo vaya bien", significó que la lección aprendida es que no debemos ni podemos relajar la exigencia", pendiente también de la movilidad hacia otras comunidades limítrofes a la CAV y que requiere "más prevención y autoprotección". "A tal realidad, tal tensión sanitaria, socio-sanitaria, individual y colectiva", dijo. Un escenario donde a diario se debe buscar el equilibrio "más eficiente" entre dos realidades: las medidas sanitarias de prevención y atención a las personas; y la recuperación de las actividades sociales y económicas, con prudencia y rigor".

El buen tono reinó en la última conferencia dominical. Coincidiendo con la crisis interna que arrastra por el tema de las residencias, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, rebajó su tono frontal y afirmó que esta cumbre es "una buena iniciativa del Gobierno para conocer de primera mano el trabajo de todas las regiones y mejorar el diálogo". Otro presidente del PP, el andaluz Juan Manuel Moreno, dedicó similares palabras al trabajo del presidente español, a todos sus homólogos y al equipo del Ministerio de Sanidad al margen de aciertos o errores. "He aprendido de todos", valoró. La nota jocosa la puso el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, al subrayar el clima de estos encuentros: "Ojalá el Congreso se pareciese en algo".