- La relación entre el Gobierno español y la izquierda abertzale ha pasado del blanco al negro. En puertas de que se vote hoy la sexta prórroga del estado de alarma en el Congreso de los Diputados, tras el pacto con PNV y ERC para que las comunidades tengan el mando en la fase 3 y tras el confuso acuerdo también con Ciudadanos, el presidente Sánchez evita con claridad el apoyo de la izquierda abertzale. El pacto con EH Bildu para derogar íntegramente la reforma laboral fue en su momento muy polémico, le costó un conflicto dentro del Gobierno de coalición con Unidas Podemos y puso en pie de guerra a la patronal, además de servir a la derecha española para agitar el discurso de la violencia de ETA. En ese contexto, cuando los periodistas le preguntaron si se ha producido ahora una negociación con EH Bildu, la ministra portavoz, María Jesús Montero, fue tajante: “Desconozco el voto de Bildu; desconozco que se haya producido una negociación porque ya se tienen los apoyos”.

El Gobierno español confía en superar hoy la prórroga del estado de alarma con los votos a favor del PSOE, Unidas Podemos, PNV y Ciudadanos, además de algún partido minoritario. Tendrá la abstención de ERC, mientras que JxCat rechaza lo pactado. Votarán también en contra partidos como el PP y Vox, la CUP.

Montero consideró que “a priori” tienen ya los apoyos necesarios, y defendió que los acuerdos se han firmado tratando de que sean compatibles. “Queda respondido con la comunicación del PNV”, llegó a remitirse la ministra portavoz. “El Gobierno ha pactado teniendo en cuenta que los apoyos sean compatibles entre sí. En esta votación no se discute un apoyo al Gobierno”, matizó también la socialista. El Gobierno español lanzó la señal de que sus socios prioritarios son PNV y ERC, no descartó incorporar en el futuro a Ciudadanos en más votaciones, y no tuvo ningún recuerdo para la izquierda abertzale. La semana pasada, el Gobierno español mantenía que hablaría con todos los partidos que no se han opuesto a la prórroga del estado de alarma cuando se le preguntaba si iba a repetirse una negociación con EH Bildu. Sea por una decisión política deliberada o porque otros partidos se han adelantado (o una mezcla de los dos factores), el Gobierno español ha ignorado esta vez la posibilidad de llegar a un acuerdo con la coalición abertzale.

Esta situación vuelve a reforzar la influencia del PNV en Madrid, tras el acuerdo para gestionar el Ingreso Mínimo Vital desde la CAV y Nafarroa, y también tras el acuerdo para reactivar la negociación de las competencias que recoge el Estatuto de Gernika. El PNV no ve por el momento cuestionado su papel referencial ni se enfrenta a una competencia estable y continuada de la izquierda abertzale en ese terreno, porque el diálogo preferencial del Gobierno español sigue siendo con unos jeltzales a quienes les une un pacto de investidura.