Aquel día de hace cuarenta años, el del referéndum del Estatuto de Autonomía, también fue desapacible. No se conocían. Ni siquiera cruzaron sus miradas. Solo bastaron unos segundos para que las vidas de Ángel Ruiz de Azua (Agurain, 1948) e Iratxe Aranguren (Bilbao, 1966) quedaran de algún modo unidas. DEIA ha conseguido reunir a los protagonistas de aquella histórica fotografía que dio la vuelta a medio mundo cuando no existía Internet. Bajo un paraguas ambos observan la imagen y sus recuerdos afloran. “Pues en el trabajo he ganado más de una apuesta porque hay gente que no se cree que soy yo la chica de la foto”, relata ella.

Tenía 13 años entonces y su sonrisa sigue siendo igual de limpia, de sincera, contagiosa... Administrativa de profesión, Iratxe Aranguren podría ser el símbolo de aquella generación que, pese a su juventud, compartía pensamientos y sentimientos nacionalistas en casa y en las calles. “Creo recordar que dentro estaba oscuro. Había venido con la familia” y ya en el pabellón de La Casilla [donde se hacía el recuento de votos del referéndum estatutario] se encontró con varios amigos de la cuadrilla de Bilbao, resume e identifica varios de los rostros que aparecen en la foto.

La emoción y la alegría se iban hinchando a medida que una voz gritaba los resultados pueblo a pueblo y los números subían a los tableros de grandes dimensiones dispuestos para que las cifras estuvieran a la vista de las siete mil almas que desde las ocho de la tarde se habían ido acercando hasta este punto.

“El subidón de sacar mayoría era algo que ya se esperaba, pero ver que se rozaba el 90% fue una pasada, un ¡boom!”. Y entonces, Iratxe voló. Voló unos segundos a manos de sus amigos y de otras personas congregadas en la pista del pabellón. Ahora, con el paso de los años, la única duda que tiene es si se dejaría mantear de nuevo, sonríe mientras Ángel asiente. “Seguro que sí. No han pasado los años por ti”, justifica el ex de DEIA. Jubilado ya de la profesión, que no de su pasión por la fotografía, tira de memoria: “Fue aquí -señala-. Estaba ya fuera del pabellón y sería una de las últimas fotos que hice aquella noche. Es que aquello era una celebración.... Me coloqué y todo fue esperar”. Hasta se acuerda de qué maquina llevaba -una Nikon- y del objetivo que empleó para retratar ese momento irrepetible: “era un 180-2,8. Y película tri-x b/n de Kodak, forzada a 800 asa, enfoque manual,...” detalla.

Un sentimiento, un pueblo El resultado, una imagen única que era -es y será- capaz de transmitir el sentimiento individual y colectivo de buena parte de la sociedad vasca, alegre por poder votar para decidir su futuro. Más aún después de tantos años de represión. Ruiz de Azua tiene muy vivo el puente Cantalojas empapelado con pasquines y carteles. “Los de AP [Alianza Popular] que estaban en contra, los de HB con la abstención,...”. “Es que todo lo vivimos muy intenso apostilla Iratxe para añadir que “había tanto para hacer y arreglar... Veías salir dinero, mucho dinero de la industria. Se nos estaba ahogando... Aquello y las ganas siempre de mejorar nos han salvado. Sí. Ese espíritu de mejorar nos ha traído hasta aquí”, redondea la protagonista de la fotografía robada y reproducida días después por la prensa escrita de otros países.

Ángel insiste en esa efervescencia social y política que en aquella época se había apoderado de las calles, plazas y centros de trabajo de Euskadi. “Para nosotros, que íbamos con la cámara de aquí para allá, cada día era una como explosión de cosas nuevas, en todas partes; lo mismo un mitin que un político a Madrid,.... Y al de poco de vivir aquello -rememora- vivimos en primera línea el regreso de Leizaola. Estoy muy contento de otra foto que saqué entonces. Al llegar a Sondika. Todos los gráficos estaban en tierra pero yo me hice el remolón y me quedé el último, en el avión. Era la foto. Él llegaba. Esa era la noticia...” subraya.

Ese mismo olfato periodístico fue el responsable de que bien entrada la noche de aquel 25 de octubre de 1979 se apostara en el exterior del pabellón de La Casilla para tomar la imagen que había soñado. “Y acerté. Al final, todo es cuestión de pensar la foto, de imaginarla, adelantarte al momento, soñarla,...” ilustraba el extrabajador de DEIA, Premio Planeta de Fotografía en 1983, el año de las inundaciones, por retratar el miedo y la desesperación en aquel hombre pegado a una pared con el agua por encima de las rodillas. Él estaba allí. También.

Al día siguiente del referéndum él fue a trabajar, “como si nada”, y ella a estudiar, “como si nada”. Ninguno fue consciente de que habían entrado a formar parte de la historia gráfica de Euskadi. Es ahora cuando se dan cuenta de que vivieron una etapa histórica y que lo hicieron en primera línea. Ángel porque trabajaba e Iratxe porque, como ella sostiene, “con 13 años empiezas ya a tener tus ideas y sabes lo que te gusta o no”. Así que si no estaba con la merienda en Zorrotza, su barrio, podía estar pegando carteles o haciendo pintadas a favor del Estatuto. Una acción reivindicativa que también llevó a cabo, por ejemplo, Andoni Ortuzar. “Había tanto por hacer... La gente tenía muchas ganas. Cada día era como una celebración, un sin parar.

“Y queda mucho por hacer”, telegrafía Iratxe a lo que Ángel responde: “Euskadi se puso en marcha al principio a una velocidad lenta porque había muchas cosas por hacer”. Y tercia ella de nuevo: “Y muchas ganas y mucha ilusión y gente muy implicada”; y remarca él: “Y los políticos estaban por el pueblo”. Cuatro décadas después sus vidas han evolucionado y se van completando y desarrollando en función de sus necesidades. No así como el Estatuto. “Todavía se esperan cosas. Habrá que buscar alguna fórmula...” opina el exfotógrafo de DEIA. “Lo primero es cumplirlo, actualizarlo y seguir adelante”, describe ella. Y lo ejemplifica: “Aquello fue como un primer plato de alubias con todos sus sacramentos. Pero si la gente quiere luego chuleta, pues habrá que dársela. Vía referéndum o como sea, pero si es lo que quiere el pueblo...”

02/10/1979. El mes arrancaba con un Alderdi Eguna multitudinario. La cita del PNV con militantes y simpatizantes en Aixerrota ya preludiaba una más que jugosa campaña para la votación del Estatuto.

04/10/1979. El inicio de la campaña institucional en favor del Estatuto dejó patente las primeras divisiones dentro de las fuerzas vascas y evidenció la conocida postura de la derecha española.

23/10/1979. La jornada de reflexión se presentaba a la sociedad vasca de aquel octubre poniendo sobre la mesa la repercusión y la dimensión real que este proceso estaba teniendo en la esfera internacional.

24/10/1979. Los últimos mítines unitarios de las fuerzas políticas favorables al Estatuto y sus mensajes de esperanza, reconciliación e ilusión copaban las páginas de los periódicos el día antes de la votación.

26/10/1979. Un titular de portada que de tan expresivo y tan sencillo es insuperable. DEIA resumía con estas palabras el resultado del referéndum estatutario que desarrollaba en unas páginas especiales en el interior.