SEGOVIA. En un mitin en el centro cultural La Alhondiga de Segovia, Sánchez ha vuelto a referirse, como hizo el lunes en otro acto de partido vespertino en Cádiz, a la decisión de los grupos de JxCat, ERC y la CUP de registrar una propuesta de resolución de respuesta a la sentencia en la que consta un apartado por el que piden que la Cámara reitere poder debatir sobre la autodeterminación en los plenos.

El PSC ya ha anunciado que pedirá a la Mesa del Parlament que reconsidere la tramitación de los apartados de la resolución que consideran que contravienen autos del Tribunal Constitucional, mientras que los letrados de la Cámara autonómica también han avisado de que el texto presentado incumple decisiones de la corte.

En su intervención, Sánchez ha señalado que su advertencia vale también para los miembros del Govern catalán, cuyo presidente, Quim Torra, antes de llamarle a él lo que tiene que hacer es una "llamada a la convivencia", el "diálogo" con la parte no independentista de la sociedad catalana y "defender" la labor de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que han protegido a la sociedad catalana del ataque de una minoría de independentistas violentos.

Sánchez ha recordado a Torra que él y su partido, el PSOE, siempre han sido partidarios del "diálogo", pero ha advertido de que para que haya ese diálogo, primero se debe garantizar el respeto de la ley.

CONSCIENTES DE QUE VENÍA UNA CONVULSIÓN .

El jefe del Ejecutivo ha afirmado que su Gobierno sabía "perfectamente" que la sentencia del Tribunal Supremo, si era condenatoria, iba a provocar una "convulsión" en Cataluña y por eso desde meses antes venían advirtiendo de que uno de los desafíos más urgentes que tenía que afrontar España era la gestión de la respuesta del secesionismo al fallo del tribunal.

Sánchez ha reivindicado el modo en que su Gobierno está actuando en Cataluña, siendo "firmes en el cumplimiento de la legalidad", pero también "proporcionales" en la respuesta dada a los desafíos que los independentistas vayan planteando.

El presidente ha pedido a la oposición "lo mínimo" que se espera de ellos, y es que al menos sean igual de leales de lo que fue el PSOE cuando estaba en la oposición en el año 2017, cuando se llevó a cabo el referéndum del 1 de octubre que dio pie a la declaración unilateral de independencia.

Sánchez se ha quejado de que los líderes del PP, Pablo Casado; Ciudadanos, Albert Rivera, y Unidas Podemos, Pablo Iglesias, le prometieran lealtad cuando les citó en La Moncloa tras la sentencia del 'procés', pero empezaran a "criticar" al Gobierno nada más salieron por la puerta.

El líder socialista se ha mostrado convencido de que el independentismo está "deseando" que las derechas vuelvan a gobernar España. "Se frotan las manos Puigdemont y Torra" pensando en este escenario, ha afirmado.

Poco ha dicho Sánchez de la receta que aplicaría en Cataluña si se mantiene en el Gobierno, más allá de reafirmar la fórmula de ley y diálogo, y de hacer una defensa del Estado autonómico, aunque tenga "algunas imperfecciones", y que ha abogado por "fortalecer" ante retos como el de la despoblación.

Frente a la defensa que Sánchez hacía antes por un mayor autogobierno en Cataluña, el líder del PSOE reconoce ahora que entre los catalanes no independentistas hay pluralidad de opiniones, con personas que apuestan por más autogobierno, otros por menos y un tercer grupo partidario de dejar las cosas como están. En lo que coinciden, según Sánchez, es en querer vivir "en convivencia" y sin tanta incertidumbre.