bilbao - El PNV no se da por vencido aunque el Gobierno español de Pedro Sánchez haya dejado claro que no va a retomar la negociación de las transferencias hasta después de las elecciones del 10 de noviembre, cuando se constituya un nuevo ejecutivo. El consejero de Autogobierno, Josu Erkoreka, buscó ayer un nuevo resquicio para presionar al socialista y dejar en evidencia lo precario de su negativa a negociar. Le pidió que, si no ve margen para pactar una competencia ni convocar la Comisión Mixta de transferencias, al menos sí se preste a adelantar el trabajo y que los grupos técnicos se reúnan para comenzar a intercambiar papeles sobre materias concretas. De esa forma, si Sánchez lograra ser presidente tras las elecciones, solo quedaría que él mismo diera un impulso político final a las conversaciones para poner el sello y la firma a las transferencias y publicarlas en el boletín oficial.

Erkoreka puso sobre la mesa su propuesta en una entrevista concedida a Onda Cero. El PNV lleva días afeando a Sánchez que se escude en que su gobierno se encuentra en funciones, con las atribuciones limitadas, cuando en realidad sí ve margen para abordar otras actuaciones: el socialista ha prometido el desembolso millonario de las entregas a cuenta para la financiación de las comunidades autónomas de régimen común, la subida salarial de los funcionarios que lleva meses atascada y quiere liberar ahora o, incluso, una medida que supera en trascendencia y repercusión política a cualquier otra que se pueda imaginar, como lo es la aplicación del artículo 155 de la Constitución española para suspender el autogobierno catalán. Sánchez, sin embargo, no tiene a la agenda vasca entre sus prioridades. Los socialistas vascos, que gobiernan en coalición con el PNV, también han dejado claro que la negociación se retomará después de las elecciones, y no antes. Los jeltzales se han quedado solos haciendo presión a Sánchez.

Erkoreka explicó ayer que “quizás desde el Gobierno central podría haberse impulsado la celebración de los encuentros técnicos de las ponencias técnicas, que sí van desbrozando el camino y facilitando las cosas para que, cuando llegue el impulso político y los cargos de responsabilidad estén nombrados, sea posible avanzar ya en la celebración de las comisiones mixtas de transferencias”. “La Comisión Mixta de Transferencias nunca se celebra por sí sola, sino que siempre va precedida de un trabajo previo, técnico fundamentalmente, de limado de las dificultades. Esto es lo que quizás sí podría hacer el Gobierno central. Activar las comisiones técnicas para que, cuando sea posible celebrar la comisión mixta, el trabajo esté avanzado y hayamos hecho los etxeko lanak”, defendió.

Erkoreka ha pedido estos días a Sánchez un gesto público y expreso que confirme que el calendario con 33 transferencias sigue en pie. Lo máximo que hizo el socialista fue apostar de manera inconcreta por cumplir el Estatuto en el mitin celebrado el pasado fin de semana en Barakaldo, en un tono que, además, sonó más a mensaje preelectoral que a compromiso con el PNV porque dijo que lo hará necesite o no los votos jeltzales para gobernar. Fiarlo todo a lo que suceda después de las elecciones supone un riesgo porque nadie garantiza que el PSOE no vaya a cambiar de socios y escoja a Ciudadanos. En cierto modo, esta situación refuerza al PNV, que apuesta por tener una presencia importante en el Congreso para ser decisivo.

También el portavoz jeltzale en la Cámara, Aitor Esteban, cargó contra la hiperactividad electoral de Sánchez y sus anuncios en actos de campaña mientras se olvida de gobernar y gestionar la agenda vasca. “No sé si es un presidente en funciones, o más bien un presidente que va de función en función”, dijo, para lanzar después: “Mucho 155 pero, para cumplir el Estatuto, está en funciones”.