BILBAO - Pedro Sánchez desveló ayer por fin cuáles son sus planes para el inicio de septiembre y, sobre todo, cuándo dará a conocer el contenido íntegro del nuevo programa de Gobierno que ha estado elaborando durante los últimos días y que, como principal novedad, incluirá algunas propuestas de Unidas Podemos, como elemento de presión a sus potenciales socios. Será el próximo martes cuando el Ejecutivo español haga público el documento que servirá de base para entablar la ronda de contactos con el resto de grupos parlamentarios. Sobre estos encuentros, Sánchez deja a Podemos para el final y se reunirá con Iglesias la segunda semana de septiembre, días después de hacerlo con el PNV y el PRC.

Mientras tanto, las dos formaciones que están llamadas a ser socias en la próxima legislatura -PSOE y Podemos- se dedicaron ayer en el Congreso a intercambiar reproches, evidenciando que a Sánchez le será difícil amarrar una mayoría con su nuevo programa.

El propio presidente en funciones presentará el martes en un acto público su oferta de programa con la que espera que se puedan desbloquear las negociaciones con el resto de partidos en torno a su investidura. Según informan a Europa Press fuentes de La Moncloa, el documento con el que trabaja el Ejecutivo socialista incluye alrededor de 300 medidas y “asume y hace propias” la mayor parte de las propuestas sugeridas por Pablo Iglesias en la última oferta que lanzó al PSOE el pasado día 20. Además, el nuevo programa está abierto a debate y consenso con otras fuerzas parlamentarias como pueden ser el PNV, el PRC o Compromís.

De esta forma, y con el objetivo de mover de su posición a los de Pablo Iglesias, Sánchez está dispuesto a hacer propias muchas de las promesas electorales de los morados, siempre que sea económicamente viables y no conlleven el incumplimiento de los compromisos de deuda y déficit asumidos con la Unión Europea.

Así, el documento que va a presentar el líder socialista abarca compromisos de carácter social y económico, poniendo el acento en un perfil de izquierda y verde. En este sentido, el programa recoge medidas para fomentar el feminismo y la calidad democrática, así como para combatir la desigualdad, la emergencia climática y avanzar hacia una transición ecológica. Por otro lado, hace hincapié en los avances tecnológicos, científicos y digitales.

Además de combinar las propuestas que tanto PSOE como Podemos llevaron en sus programas en las pasadas generales de abril, el nuevo documento de Pedro Sánchez incorpora también iniciativas que le han trasladado en los últimos días los colectivos sociales con los que ha mantenido encuentros, entre ellos asociaciones de memoria histórica, igualdad y derechos LGTBI.

Por tanto, Pedro Sánchez espera que Pablo Iglesias renuncie a entrar en un Ejecutivo de coalición a cambio de que un nuevo gabinete en solitario del PSOE asuma la práctica totalidad del programa de Unidas Podemos. Sin embargo, a tenor de lo ocurrido ayer en el Congreso de los Diputados, no parece que esto vaya a ser posible. En la sesión parlamentaria, la portavoz del partido morado, Noelia Vera, cargó contra la actitud “paternalista, prepotente y de superioridad moral” de los de Sánchez, mientras que el socialista Rafael Simancas tachó previamente a Podemos de formación que “no es de fiar”.

En este clima de tensión y reproches, el PSOE aborda esta su propuesta como un ultimátum y señala que es la única oportunidad de llegar a “un acuerdo programático para un Gobierno progresista”. Según la lógica que impera en Ferraz, ya no es posible regresar a la propuesta de un Ejecutivo bicolor que Unidas Podemos rechazó el mes pasado, y que incluía una vicepresidencia y tres ministerios. Así, el único escenario que contemplan los socialistas es que el partido morado ceda y se conforme con condicionar desde fuera un nuevo gabinete de Pedro Sánchez.

La hipótesis en la dirección socialista es que, en caso de que Podemos vuelva a bloquear la investidura de Pedro Sánchez, el PSOE concurrirá a unas nuevas elecciones en posición de fuerza y habiéndose apropiado además del núcleo duro de las propuestas sociales de los morados. Así, Sánchez acusará a Iglesias de haber impedido el despliegue de una agenda progresista anteponiendo el reparto de los sillones.

la batalla del relato Sin embargo, el PSOE no lo tiene tan fácil para ganar la tan manida batalla del relato. Según los últimos sondeos, los morados aguantarían mejor de lo esperado y volverían a evitar la hecatombe que se les augura desde hace tiempo, mientras que no está claro que los socialistas puedan rascar más que unos pocos escaños. Todo ello con la opción de que la derecha concurra unida en algunas circunscripciones para optimizar el reparto de asientos.