iruñea - “Suerte, trabajo y convicción”. Fueron los tres últimos deseos con los que María Chivite dio el pistoletazo de salida al Gobierno de Nafarroa que ya preside junto con sus trece consejeros -su “querido equipo”, que tomó posesión ayer-, y con el que aspira a construir una comunidad “foral, innovadora, igualitaria, plural y de convivencia”. Que “atienda la urgencia, pero también planifique con mirada larga” y que utilice “la gran herramienta” que es “el programa de legislatura” firmado con Geroa Bai, Podemos e I-E para “enriquecer las políticas públicas”. Lo tiene claro y se lo comunicó a sus consejeros: el Gobierno no lo tendrá fácil. Exigirá trabajo. Pasaremos, dijo Chivite, momentos duros: “Pero, si al final conseguimos mejorar la vida de la gente, habrá merecido la pena”.

Fue la arenga que Chivite dedicó a sus consejeros y consejeras en el acto institucional de toma de posesión del nuevo Gobierno. Falta la segunda línea de la administración -directores generales, conformación de las áreas...-, pero el gabinete de Chivite ya dispone de todas las herramientas para empezar a trabajar.

El acto en sí no se salió de lo normal: los trece consejeros, uno a uno y comenzando por los vicepresidentes, Javier Remírez y José María Aierdi, fueron prometiendo su cargo. Elma Saiz, consejera de Economía y Hacienda, fue la única que utilizó la fórmula de juramento. Y junto con Santos Induráin, también la única consejera socialista que asumió su cargo también en euskera, algo que sí hicieron los miembros de Geroa Bai y Podemos. Chivite explicitó qué fuerzas moverán su Ejecutivo. Apenas se extendió cinco minutos, pero fue suficiente para engarzar un discurso directo y con un punto humano poco habitual en altos cargos: el reconocimiento explícito de que cometerán errores, que son inexpertos, que necesitarán que los que ya han tenido experiencia de Gobierno se pongan al frente mientras los demás les van alcanzado.

Será un Gobierno para una Nafarroa “foral, innovadora, igualitaria, en convivencia dentro de la pluralidad que es parte de nuestra esencia”, y que se encargará tanto de “atender la urgencia como de planificar el futuro”. Fue la primera idea del discurso de la presidenta, que demostró saber que 2019 no es 2015: hace cuatro años, el Gobierno de Barkos era consciente de que las urgencias fruto de la herencia de UPN eran más acuciantes que los planes de futuro. Pero hoy, con la administración en orden y una economía que todavía responde, el Gobierno se fija “planificar el futuro con mirada larga, para el mañana y las próximas décadas”. Lo hará con una fórmula de coalición que, además, es también un síntoma de los tiempos: de que Nafarroa es una tierra plural que convive y debe acordar entre diferentes para avanzar.

Hay un abismo cada vez mayor entre la derecha y el resto, y es innegable. Cuando parte del debate gira en torno a la minoría del Gobierno -23 escaños, a tres de la mayoría absoluta-, Chivite se reafirma en un acuerdo programático que sus socios ya le han dicho que es incompatible con la derecha, por lo que la búsqueda de apoyos se va a centrar en EH Bildu, fuerza de izquierdas con la que se pueden aprobar muchas cosas en materia social. “Os pido que tengáis el programa siempre delante, para tomar decisiones y coger impulso cuando vengan las adversidades”, dijo.

memoria El socialista Martín Zabalza asumirá la dirección de Convivencia, que en la última legislatura estuvo al cargo de Álvaro Baraibar. Ha sido representante del Parlamento en la comisión de Memoria Histórica.