IRUÑEa - El PSN empieza a mostrar sus cartas. No son una mano ganadora, pero pueden valer si la partida le sale de cara. Y en ello andan los socialistas, en un equilibrio entre los vetos impuestos desde Madrid y la dificultad de lograr una mayoría estable en Nafarroa, en busca de la investidura de María Chivite. Objetivo principal de una operación en la que sigue adelante el PSN pese a las advertencias que empiezan a llegar desde Madrid.

El primer paso ha sido la reunión con Geroa Bai que ayer mantuvieron en el Parlamento. Un encuentro “amable” en el que hubo “buena sintonía” y se encontraron “objetivos comunes”. Y que animan al PSN a seguir adelante con una operación que, en última instancia necesita los votos de EH Bildu para prosperar. Así se lo recordó ayer la formación de Uxue Barkos, que tendió la mano a María Chivite para formar “un gobierno progresista y plural”, pero también estable. Y que pidió además un “compromiso claro” de que están dispuestos a llegar hasta el final.

Pero eso es algo en lo que los socialistas navarros prefieren no pensar todavía, centrados en avanzar paso a paso sin caerse por el camino. Tal vez por eso, fue el secretario de Organización, Ramón Alzórriz, y no la candidata, María Chivite, quien dio cuenta de la reunión. Lo hizo con un mensaje claro y rotundo, que por momentos sonó a desafío a Ferraz, pero que trató de suavizar matizando que en Madrid y en Iruñea van de la mano. “Difícilmente hay un pulso con el Ejecutivo cuando llevamos la misma sintonía, estamos en la misma línea que el partido a nivel federal”, apuntó Alzórriz.

El problema es que el acuerdo que plantea el PSN, que hoy se reúne con Podemos y mañana con Izquierda-Ezkerra, no alcanza los 26 escaños que requiere la mayoría absoluta. Son apenas 23, más que Navarra Suma, pero necesitan la abstención de EH Bildu, de quien la dirección de Ferraz no quiere oír hablar. Y el PSN lo asume, así que no habrá reunión ni diálogo con la formación soberanista, por más que ayer Bakartxo Ruiz advirtiera de que sin diálogo no hay estabilidad posible.

Así que de momento los socialistas optan por tirar para adelante, cerrando además la puerta que ayer intentó abrir Javier Esparza en Madrid, ofreciendo los dos votos de UPN en el Congreso (logrados con el apoyo de PP y Ciudadanos) para facilitar la investidura de Sánchez a cambio del Gobierno navarro. Un cambalache perpetrado a plena luz del día y ante los principales medios de comunicación del país, que durante toda la jornada vieron una posible salida al bloqueo en el que se encuentra la investidura del líder del PSOE, que vista la postura de Ferraz con la cuestión navarra, parece ver con buenos ojos. No así el PSN, que antes de que la cosa fuera a mayores volvió a reiterar el “no es no” a Javier Esparza. “No vamos a dar el gobierno a la derecha. Tampoco con la abstención”, apuntó Alzórriz tras su encuentro con Geroa Bai.

las Dudas de geroa bai Antes sin embargo tendría que haber acuerdo, y eso tampoco está asegurado. Geroa Bai no comparte la apuesta del PSN por sumar una mayoría simple de 23 escaños, y reclama abrir el diálogo también a EH Bildu para garantizar cuatro años de estabilidad. Así que en la coalición hay dudas de si merece la pena seguir en un proceso que se puede dilatar en el tiempo sin ningún contenido claro, y que puede acabar en un Gobierno en minoría que necesite los apoyos en Navarra Suma. “Y eso no sería un Gobierno progresista”, advirtió Unai Hualde.