BILBAO - Laura Borràs, y no Jordi Sànchez, será quien acuda la ronda de consultas con Felipe VI en representación de Junts per Catalunya, después de que el Tribunal Supremo (TS) rechazara que el cabeza de lista de la formación posconvergente se viera las caras con el monarca. “El Supremo quiere evitarle al rey la incomodidad de tener una fotografía con un preso político, pero aunque no quieran recibirlo yo voy a ser su voz”, censuró la portavoz parlamentaria de la fuerza que lidera Carles Puigdemont y exconsellera de Cultura. “De viva voz le recordaré que en este reino tan bonito que le está quedando hay presos políticos”, denunció Borràs, contrariada por la “nueva vulneración de derechos” y la “ausencia absoluta de imparcialidad cuando algo tiene que ver con los derechos de diputados de JxCat”.

El Supremo denegó el permiso solicitado por la defensa del exlíder de la ANC después de que su letrado, Jordi Pina, apelara al artículo 47.1 de la ley Orgánica General Penitenciaria, que detalla casos justificados para obtener permisos para salir de la cárcel “por importantes y comprobados motivos”, extremo que no ha concedido el tribunal. En una resolución firmada por el magistrado que enjuicia el procés, Manuel Marchena, se señala la “excepcionalidad” que supone dicho permiso en la situación procesal de Sànchez -en prisión provisional desde hace más de un año y medio- y lo separa de la propia “relevancia constitucional de la entrevista” con el rey. “La negativa que ahora resolvemos implica una limitación que es inherente a la medida cautelar que le afecta”, agrega, la sala, en un fallo en la que también subrayan que Jordi Sànchez es “perfectamente sustituible” por otro representante en esta ronda de contactos con el monarca español.

A través de Twitter, el dirigente soberanista, suspendido como diputado electo por el Supremo, mostró su decepción calificando de “excusas” las razones esgrimidas ya que, a su juicio, “la realidad es que les da miedo la fotografía”, indicó incluyendo un fotomontaje de Felipe VI y él en Zarzuela. Para más inri, la Sala recordó al abogado de Sànchez que había incurrido en su petición en un defecto formal que por sí solo justificaría su rechazo, ya que, si bien la competencia para conceder o denegar permisos extraordinarios es del tribunal, debió dirigir su solicitud a la administración penitenciaria para la previa tramitación de un expediente administrativo a cargo del establecimiento penitenciario en que el solicitante está ingresado, en este caso la prisión de Soto del Real. Pero, para el Supremo, la necesidad de una pronta respuesta motivada que despejara las incertidumbres acerca de la petición del líder soberanista, hacía aconsejable no retrotraer las actuaciones para la correcta formalización del expediente.

Al contrario que JxCat, ERC, a través de su portavoz en el Congreso, Gabriel Rufián, descartó acudir a la cita con el rey al “no reconocerle como interlocutor” y reprocharle dos actuaciones: no haber recibido a la expresidenta del Parlament Carme Forcadell en 2016 por la investidura de Carles Puigdemont, y su “miserable discurso” dos días después del referéndum del 1-O, el del famoso 3-O. Es más, los republicanos ya no acudieron a la ronda de 2015 y 2016. Entonces, el espacio convergente, presentado primero bajo la marca Democràcia i Llibertat, y después, con las siglas CDC, también participó con su cabeza de lista en ambas citas electorales, Francesc Homs, exconseller que forma parte del equipo de las defensas en el juicio del procés.

Que Jordi Sànchez fuera suspendido, junto a sus compañeros, como diputado por su procesamiento por rebelión y por estar en prisión preventiva no le impedía, en principio, acudir a la ronda de contactos siempre que el Supremo le diera permiso. Una vez que la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, se dirige hasta la Zarzuela con el listado de representantes de las formaciones políticas con representación es cuando echa a rodar la maquinaria institucional. El diputado del Partido Regionalista de Cantabria, José María Mazón, será el primero, y Pedro Sánchez, por el PSOE, el último en verse con Felipe de Borbón. Al igual que ERC, también EH Bildu faltará en estas audiencias con el rey puesto que “la monarquía es el mayor símbolo del carácter antidemocrático del Estado español”, critica la coalición soberanista.