Bilbao - El acuerdo institucional firmado en junio de 2015 por el PNV y el PSE, circunscrito a ayuntamientos y entes forales, se amplió en noviembre de 2016 al Gobierno vasco. Recogiendo el testigo de lo que fue en su día el pacto que tuvo como principales protagonistas a Jose Antonio Ardanza y Ramón Jáuregui (1987-1999) , el acuerdo suscrito por los máximos dirigentes del PNV y PSE, Andoni Ortuzar e Idoia Mendia, respectivamente, y el lehendakari Urkullu, recogía la reforma del Estatuto de Autonomía, la apuesta por un “final ordenado” de ETA y el acercamiento de los presos, y situaba a el empleo como la “prioridad” del Ejecutivo. El acuerdo de gobierno, de 71 páginas, se dividía en cuatro grandes áreas programáticas: economía y empleo, servicios públicos, autogobierno y paz y convivencia; y llevaba por título Pilares para construir una Euskadi con más y mejor empleo, más equilibrio social, más convivencia y más y mejor autogobierno.

Este acuerdo, sin embargo, no ofrece una total estabilidad en el Parlamento Vasco por cuanto PNV y PSE, con sus 37 escaños, no tienen la mayoría absoluta en la Cámara de Gasteiz. La capacidad de negociación del bipartito permitió aprobar los Presupuestos de 2017 y 2018 con la abstención del PP. No obstante, las Cuentas de 2019 concitó el rechazo de la oposición (EH Bildu, Elkarrekin Podemos y PP). Tras el no a los Presupuestos, la capacidad de negociación de PNV y PSE quedó patente de nuevo al diseccionar la denominada Ley de Acompañamientos y con acuerdos a varias bandas, el Ejecutivo de Gasteiz sacó adelante la subida salarial a los funcionarios, el incremento de la RGI y la subida a los docentes concertados.

Nuevo estatus y paz En el acuerdo venía explicitado incluso el desacuerdo, sobre todo en lo referente apartado dedicado al autogobierno, que ocupaba 10 de las 71 páginas del documento pactado. En el acuerdo suscrito por ambas formaciones se admitía que se pudiera debatir en el seno de una Ponencia de Autogobierno cuestiones como “el reconocimiento de Euskadi como nación”, el derecho a decidir “y su ejercicio pactado en un marco de negociación y acuerdo” dentro de la legalidad. Al mismo tiempo, se reconocía a los dos socios la libertad para defender sus respectivos postulados y planteamientos en materia de autogobierno”.

De hecho, una de las discrepancias entre los socios de gobierno hay que buscarla en el nuevo estatus y el acuerdo sobre el derecho a decidir pactado entre PNV y EH Bildu, algo que, evidentemente, no comparte el PSE. Sin embargo, en el Ejecutivo lo tienen claro. “El Ejecutivo está firmemente comprometido con la ejecución del programa de Gobierno, que está suscrito por ambas formaciones políticas” , señala el portavoz del Gobierno vasco, Josu Erkoreka, para quien las diferencias que puedan producirse en cuanto al autogobierno entre “están perfectamente previstas y asumidas en el acuerdo de coalición”.

Una vez que ETA es historia, EH Bildu y PSE mantienen un pulso en la Ponencia de Memoria por el reconocimiento del daño injusto causado por la banda. Este debate está provocando, por extensión, roces y tensión entre socialistas y jeltzales . Para el PNV, tanto el PSE como EH Bildu se han atrincherado. Los jeltzales quieren seguir trabajando, y las discrepancias con la estrategia del PSE no se ocultan. Desde el Ejecutivo se mantiene, sin embargo, que estas discrepancias no afectarán al día a día del gabinete. - J. Núñez