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EL Senado, una de las instituciones más cuestionadas por los ciudadanos por su escasa funcionalidad, se acaba de gastar medio millón de euros en una web plagada de fallos. La revolución digital se estrenó hace dos semanas con diez meses de retraso y enfangada por la polémica. La presentación en sociedad fue desastrosa y se saldó con un ataque informático que la bloqueó. Si aquel día un internauta intentaba buscar información sobre cualquier senador, la mayor información que podía encontrar sobre él es que "siempre lo encontraréis en la cafetería".

Los expertos en programación señalan que el portal presenta otros muchos problemas, como errores en los enlaces, páginas inaccesibles y fallos con el navegador. Pero sobre todo, destacan que el sitio de la Cámara Alta incumple la legislación española en materia de accesibilidad web. De hecho, el propio Comité de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi) ha denunciado barreras ya que "no cumple con los mandatos legales vigentes en España, que obligan a que las páginas de las instituciones públicas sean accesibles". Unas deficiencias que no hacen sino alimentar la polémica sobre el astronómico precio de su remodelación, 437.691 euros, coste que el Senado ha trasladado a los ciudadanos para ser más transparente.

Uno de los fiascos que más ha indignado a los usuarios es que la página es innacesible accesible para, por ejemplo, personas con problemas visuales, auditivas o discapacidades como dislexia, de tal forma que el Senado incumple leyes que el mismo aprueba. De hecho, está montada con marcos (un método obsoleto desde hace varios años) y está elaborada con tablas (lo contrario a la accesibilidad que son capas y estilos).

José Antonio del Moral, fundador de Alianzo, corrobora las dificultades. "Esto lo puede comprobar cualquier usuario con una herramienta online que hace un chequeo de la accesibilidad en una web. Yo he puesto un análisis A, que es lo mínimo. Pero hay otros más exhaustivos como el AA", señala. Con este simple análisis, del Moral, ha localizado, solo en la portada, cinco problemas de tipo automático y 78 problemas que requieren revisión manual.

Sin entrar en temas técnicos, Sergio Luján que lleva mucho tiempo escudriñando la accesibilidad de la web, se centra en dos problemas fáciles de entender. "El primero, en el vídeo de mensaje de bienvenida del Presidente, Pío García-Escudero. Aunque este vídeo posee subtítulos, no es del todo accesible, porque no se proporciona una transcripción del vídeo para las personas ciegas y sordas. Además, los subtítulos están en el propio documento, lo cual es un problema. Hoy en día, es fácil ofrecer un vídeo con subtítulos que se puedan activar y desactivar, y además, se pueden ofrecer los subtítulos en múltiples idiomas", señala Luján, profesor del Departamento de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad de Alicante. Este experto no tiene reparos en afirmar que "esta web parece que está hecha mal a propósito".

"Por otro lado, al menos en dos formularios que existen en la web, existen captchas, esas imágenes en las que aparece un texto distorsionado que debemos introducir para ser reconocidos. Los captchas suponen un grave problema de accesibilidad, ya que son imágenes, y todo lo que sea una imagen es de por sí no accesible para ciertos grupos de usuarios. En el nuevo sitio web del Senado se ofrece una alternativa al captcha visual, se ofrece un captcha auditivo, pero es también un problema ya que está en inglés", precisa Sergio Luján.

El Senado incumple así su obligación de proporcionar una página accesible, una norma exigida por ley. "Además de, por un principio moral de no discriminar a ningún ciudadano, existen varias leyes que obligan a las Administraciones públicas a asegurar que sus web son accesibles", explica Luján.

críticas y chapuzas Los expertos en informática han criticado sin piedad la web. "Los primeros análisis del sitio, indican que el portal incumple estándares fijados por el Consorcio world wide web, tiene errores como dejar visibles en el código comentarios de los programadores, su rendimiento y optimización es más bien deficiente y presenta errores como que no funcionan las URL de la web anterior, algo incomprensible en un sitio de medio millón de euros". Un triste balance para el nuevo portal que comenzó a funcionar a merced de los piratas informáticos.

Y es que además del despilfarro que conlleva su puesta en marcha, la web se inauguró con un ciberataque. "No es una vulnerabilidad en sí ni un agujero de seguridad, ni se ha comprometido el lado del servidor, pero ha permitido a los usuarios encontrarse en la pantalla con frases como Aquí no trabaja nadie, esta mierda cuesta 437.000 euros o los senadores nos estafan". Los pantallazos generaron un torrente de críticas en las redes sociales por sus fallos de seguridad, a los que sumaron su elevadísimo coste y el hecho de no utilizar software libre.

Desde el Senado se asegura que la institución está tomando nota de las deficiencias para "subsanarlas lo antes posible".