El jefe de la Oficina Política del Frente Polisario, Jatri Adduh, expresó ayer su pesimismo sobre las gestiones del nuevo enviado especial de la ONU para el conflicto en el Sahara Occidental, Staffan de Mistura, ya que en su opinión carece aún del “apoyo firme que se necesita para que Marruecos vuelva a cooperar sin condiciones previas en el marco de la ley internacional”.

En una rueda de prensa ofrecida tras concluir ayer la primera visita oficial de De Mistura a los campamentos de refugiados desde que fuera nombrado hace cuatro meses, Abduh insistió en que los saharauis solo aceptarán volver a la mesa de diálogo si el proceso “es creíble e incluye garantías”. “Nosotros, al enviado especial de la ONU le hemos reafirmado nuestra entera disposición a cooperar con él a condición que se haga en el marco de un proceso serio, creíble y responsable, (que incluya) plazos determinados para no seguir perdiendo tiempo y esperando nada”, afirmó.

“Creo que aquí el señor De Mistura ha encontrado el apoyo que debe necesitar, pero desgraciadamente no lo ha encontrado en Rabat. Y no lo podrá encontrar a menos que el Consejo de Seguridad ejerza presiones serias y contundentes sobre Marruecos para que vuelva a cooperar sin condiciones y se llegue a un arreglo (ajustado) a la legalidad internacional, que define el Sahara como territorio no autónomo”, subrayó.

Al hilo de este argumento, el responsable saharaui opinó que “todo el problema radica en la posición negativa de Rabat” y en el hecho de que en el Consejo de Seguridad de la ONU “hay países que de forma clara pretenden siempre cubrir la postura negativa de Marruecos”.

“Mientras no se logre resolver esta cuestión no podremos avanzar en el proceso de negociación. Al contrario, la situación puede evolucionar de forma negativa”, recalcó.

Primera gira

La gira del diplomático italo-sueco arrancó el jueves pasado en Marruecos y esta previsto que concluya una semana después, una vez que desde los campamentos de refugiados se desplace a Mauritania y Argelia, los otros dos países implicados en el conflicto regional más antiguo del norte de África.

Su viaje se produce en un contexto muy diferente a los de sus predecesores, ya que la zona esta inmersa en una fuerte tensión bélica desde que hace un año tropas marroquíes penetraran en el paso de Guerguerat, una zona desmilitarizada que, pese a ello, Marruecos y Mauritania explotan comercialmente.

El Polisario consideró la entrada de las tropas marroquíes como una ruptura del alto el fuego firmado en 1991 y lanzaron una ofensiva militar contra el muro de separación construido por Rabat en el desierto que un año después continua.

Tras reunirse con De Mistura, el ministro de Exteriores marroquí, Naser Burita, insistió en la propuesta de su gobierno de una autonomía como única solución al conflicto del Sahara, excluyendo así la salida que propone el Frente Polisario: un referéndum de independencia.