L 20 de octubre de 2011 el líder libio Muamar el Gadafi fue apresado y muerto por miembros de la milicia rebelde de Misrata. Ayer, 21 de octubre de 2021 -diez años y día después de la desaparición del sátrapa-, ministros de Exteriores y representantes de EE.UU., ONU y otros organismos internacionales expresaron su apoyo a la Iniciativa de Estabilización de Libia e insistieron en que las elecciones se celebren en la fecha fijada, durante la primera reunión de alto nivel organizada en el país desde el inicio de la guerra civil.

En el encuentro, presidido por el primer ministro interino del Gobierno Nacional de Unidad transitorio (GNU), Abdul Hamid al Debaibah, y la vicesecretaria general de Asuntos Políticos de la ONU, Rosemary DiCarlo, los participantes, además, coincidieron, en que no habrá una estabilidad sólida sin la salida de todos los mercenarios extranjeros contratados por los dos ejecutivos rivales durante más de siete años de conflicto. En el encuentro tomaron parte los jefes de la diplomacia de Italia, Francia, Egipto, Argelia, Túnez, Kuwait y España, así como la viceasistente de la secretaría de Estado de Estados Unidos para Oriente Medio, Yael Lempert, un representante del ministerio alemán de Asuntos Exteriores y el secretario general de la Liga Árabe, Ahmed abul Gheit.

Según aseguró Al Debaibah, el Gobierno interino hace todo lo posible para que los comicios presidenciales y legislativos se celebren el próximo 24 de diciembre, como está previsto, y subrayó que es crucial, igualmente, que comience la reconstrucción civil y militar. "Apoyamos los esfuerzos que realiza el Alto Comité Electoral para que (los comicios) tengan lugar en la fecha señalada. Pido a todos los libios una amplia y activa participación", señaló.

Sin embargo, sus palabras contrastan con otras atribuidas esta semana por la prensa local al líder del Consejo Presidencial interino, Mohamad al Menfi, partidario de posponer los comicios hasta que no se logre una verdadera reconciliación nacional.

En el fondo de la disputa está el punto que permite a cualquiera que haya desempeñado un cargo político o militar a concurrir como aspirante siempre que haya renunciado a su posición con tres meses de antelación, requisito que facilita la posible entrada en la carrera electoral del controvertido mariscal Jalifa Hafter, líder del Ejército en el este y verdadero hombre fuerte del país.

fuerzas extranjeras

En esta primera jornada otra cuestión clave se centró en los mercenarios. La ministra libia de Asuntos Exteriores, Najla al Mangoush, lanzó un duro mensaje al señalar que "no hay otro camino que el respeto total al principio de no interferencia". "Se deben aplicar políticas de disuasión para quienes pretenden intervenir en la soberanía de otro Estado", señaló en alusión directa a la presencia de miles de mercenarios y tropas extranjeras en el país.

Durante los años en los que Hafter extendió su poder en el resto del país y levantó un infructuoso asedio a la capital, incorporó a sus filas a miles de mercenarios sudaneses, chadianos, árabes, europeos, sirios y rusos, y en particular a la Compañía Privada de Seguridad Militar (PSMC) Wagner Group, a la que se asocia con el Kremlin y que se hizo famosa y temible en las guerras de Ucrania y Siria.

Por su parte, el Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA) sostenido por la ONU en Trípoli se defendió con la ayuda del Ejército turco y con miles de mercenarios sirios reclutados por Ankara entre los grupos salafistas de oposición a la dictadura de Bachar al Asad.