El Gobierno interino de los talibanes se reunió ayer en Kabul con el enviado especial del Reino Unido para Afganistán, Simon Gass, con quien, según los fundamentalistas, se trató de “revivir las relaciones” y desbloquear los fondos internacionales.

El ministro de Exteriores afgano, Amir Khan Muttaqi, mantuvo un encuentro con Gass y el resto de su delegación “centrado en conversaciones detalladas para revivir las relaciones diplomáticas entre ambos países”, dijo en un comunicado el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Abdul Qahar Balkhi.

“El representante especial del Reino Unido dijo que el primer ministro Boris Johnson quiere construir relaciones con el Emirato Islámico de Afganistán mientras tiene en cuenta las circunstancias actuales”, dijeron los talibanes, según los cuales Londres quiso reafirmar la asistencia humanitaria “para los afganos”.

Afganistán vive una crisis humanitaria, con los servicios de salud paralizados y más de 18 millones de personas que necesitan ayuda urgente según la ONU, una situación que se ha visto agravada por la llegada al poder de los talibanes el pasado 15 de agosto.

Gass también se reunió con los jefes adjuntos del Gabinete de ministros talibán, Abdul Ghani Baradar y Abdul Salam Hanafi, indicó el Gobierno interino en un comunicado.

Los talibanes aseguraron a la delegación británica que “el Emirato Islámico se compromete a mantener relaciones buenas y positivas con todos los países del mundo, incluyendo el Reino Unido”. A cambio, buscan que los fondos internacionales suspendidos por muchos países e instituciones tras su toma del poder sean descongelados.