Jerusalén inició hoy las liturgias del Jueves Santo con una misa temprana en el Santo Sepulcro, donde los fieles pudieron volver a presenciar los ritos propios de la Semana Santa, después de que todas las ceremonias del año pasado fueran a puerta cerrada por las restricciones del coronavirus.

Ante la falta de peregrinos extranjeros por el cierre de fronteras a turistas, una pequeña audiencia de unas 150 personas formada por fieles locales, religiosos de comunidades católicas de Tierra Santa y residentes internacionales en la región se congregaron en la basílica para asistir a la ceremonia matutina encabezada por el patriarca latino de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa.

"Estoy contento de volver a estar aquí en esta importante celebración" y "este día tan significativo" que "da comienzo al Triduo Pascual", dijo el religioso al inicio de su homilía, junto a un numeroso grupo de sacerdotes que le acompañó en la misa.

En la ceremonia recuperó también el Lavatorio de los Pies, un simbólico acto que recrea el lavado de Jesús a sus doce discípulos como gesto de humildad e igualdad, y que el año pasado no se realizó por evitar el contacto ante el riesgo de infección por COVID-19.

En otros años, el Santo Sepulcro solía estar abarrotado de peregrinos venidos de todas partes, pero ante su ausencia, que ya fue patente por primera vez en la Semana Santa del año pasado, la sensación de hoy en el interior del santuario era de relativo vacío.

"Los peregrinos son el símbolo de la iglesia en camino" y el hecho de que no estén "es una señal fuerte" y una pena, declaró a Efe el sacerdote italiano Giuseppe Sgambeterra, que participó en la misa.

Pero el hecho de que este año la Semana Santa se vuelva a celebrar "a puertas abiertas, con los cristianos de aquí, nos recuerda que poco a poco todo volverá a resplandecer de vida", agregó optimista.

La jornada de hoy marca el inicio del Triduo Pascual -jueves, viernes y sábado santo-. Seguirá con el peregrinaje al Cenáculo a las 15:30 hora local (12:30 GMT), donde la tradición sitúa la Última Cena, y que se recupera tras cancelarse el año pasado.

Por la noche, a las 21:00 hora local (18:00 GMT), habrá otra misa en la Basílica de la Agonía, donde Jesús se retiró a orar y meditar antes de ser entregado por Judas, según la tradición. Este evento marca la Hora Santa y la vigilia de la Crucifixión de Jesús.

Los eventos de la Semana Santa transcurren entre la Ciudad Vieja de Jerusalén y su entorno, en la zona oriental de la urbe ocupada por Israel, que realizó una rápida vacunación que derivó en una reapertura y una vuelta a cierta normalidad.