El llamado gobierno civil birmano, formado por cargos electos depuestos por la junta militar golpista, llamó a una “revolución” para restaurar la democracia y autorizó la defensa propia de los ciudadanos contra la represión sangrienta de las fuerzas del orden, que ayer mataron al menos a otras seis personas en distintas protestas. “Para formar una democracia federal, con todos los hermanos de las etnias que han sufrido toda clase de opresiones de la dictadura durante décadas, esta revolución es una oportunidad para juntar nuestros esfuerzos”, dijo en un discurso Than, líder en funciones del gobierno civil. Horas después, el Comité de Representantes de la Asamblea de la Unión publicó un comunicado en el que declaró “organización terrorista” a la junta militar en el poder y reconoció el derecho de los ciudadanos a actuar en defensa propia para preservar su derecho a la vida.