Los diputados de la oposición en Hong Kong presentaron ayer la renuncia a su escaño en el Parlamento local, después de que cuatro de ellos fueran destituidos por no cumplir con la ley de seguridad nacional aprobada por el Gobierno chino el pasado junio. "Tarde o temprano todos habríamos sido descalificados", aseguró el presidente del Partido Demócrata Wu Chi-wai.

El Comité Permanente de la Asamblea Nacional Popular (ANP, legislativo) aprobó el miércoles una resolución por la que los diputados perderán inmediatamente su escaño si promueven la independencia de Hong Kong, apoyan la intervención extranjera en sus asuntos o participan en actos que pongan en riesgo la seguridad nacional.

Tras la expulsión de los cuatro parlamentarios, los restantes 15 diputados opositores del Consejo Legislativo, de 70 escaños, respondieron ayer dimitiendo al unísono.

La salida en masa deja al legislativo de Hong Kong solo con representantes favorables a Pekín, que ya eran actualmente mayoría absoluta, lo que les permitirá aprobar proyectos de ley favorecidos por China sin oposición.

La renuncia en bloque fue inmediatamente rechazada por la Oficina de Enlace del Gobierno de China en Hong Kong, que afirmó que la decisión "supone un flagrante desafío al poder del gobierno central y a la autoridad de la Ley Básica". Y añadió que "muestra su actitud de obstinada confrontación al Gobierno central y un desafío a la Ley Básica y a la decisión del Comité Permanente de la Asamblea Nacional Popular (ANP, legislativo chino)", además de "disputar la jurisdicción general de las autoridades centrales sobre Hong Kong".

lealtad a pekín

Seguir las órdenes de Pekín se ha convertido en un requisito para los parlamentarios en la ciudad. De hecho, la jefa del Ejecutivo de Hong Kong, Carrie Lam, recalcó que se descalificará a políticos que se opongan a la ley de seguridad nacional o que planeen "rechazar indiscriminadamente" la agenda legislativa de Pekín.

Claudia Mo, una de las diputadas opositoras que dimitió ayer, dijo que Pekín se ha esforzado por "hacer sonar la campana de la muerte de la democracia en Hong Kong".

Las dimisiones son la última escalada en la lucha de Pekín por un mayor control de Hong Kong, ciudad a la que se prometió un alto grado de autonomía hasta 2047, pero que ha visto como algunas de sus libertades se han ido reduciendo, tras las protestas en favor de la autonomía del pasado año, muchas de ellas pacíficas y masivas y alguna violentas que acabaron en disturbios y graves incidentes.

La suspensión de los comicios legislativos, previstos para el pasado septiembre y aplazados hasta septiembre de 2021, marcó el último capítulo de la convulsión política que sacude el centro financiero desde mediados de 2019.

En junio la Asamblea Nacional Popular china aprobó la nueva ley de seguridad nacional, con objetivo de acabar con la crisis de Hong Kong tras la oleada de protestas, pero ha servido también para ilegalizar y detener a varios opositores y propietarios de medios de comunicación. La ley sanciona con penas de hasta cadena perpetua actos como la secesión o la confabulación con fuerzas extranjeras.