La activista vasco-colombiana Juana María Perea Plata, nieta de quien fuera en 1945 el primer delegado del Gobierno vasco en Colombia, Andrés Perea Gallaga, fue asesinada en el oeste del país, según confirmó Yefer Gamboa, alcalde de Nuquí, en el departamento de Chocó.

Juana María Perea era líder ambientalista, promovía un hotel de ecoturismo y actividades de turismo sostenible en Termales (Nuquí, departamento del Chocó), y era una opositora declarada del proyecto de Puerto de Tribugá. La dirigente ecologista, de 50 años, casada y sin hijos, apareció con un tiro en la cabeza en esa región con fuerte presencia de paramilitares, según informó ayer el portal EuskalKultua.eus.

Según señalaron al citado portal de Internet fuentes de la familia, Juana Perea era una líder comunitaria significada que tenía un pequeño negocio de ecoturismo y “enseñaba a practicar surf a los niños”. Una prima de la víctima explicó a Efe que Perea y su esposo, estadounidense, poseían diez hectáreas en Termales, donde “ella, como buena vasca, se metió a cambiar la situación de allá, que es muy precaria” por la proliferación de bandas de narcotraficantes y paramilitares.

Kathy Sutton, presidenta de la Liga de Surf del Chocó, reconoció por su parte a la publicación local Semanario Rural, siempre según publica EuskalKultura.eus, que “Juana era como la mamá de todos, era una luz para la comunidad de la zona. Donde la necesitaban ahí estaba, ya fuera para alzar la voz contra el puerto de Tribugá o para lo que fuera. Tenía su mano extendida para ayudar a todo el que lo necesitara”, explicó, para añadir que Juana representaba “todo lo bueno que hay en esta región”. El alcalde de Nuquí, Yefer Gamboa, señaló que “la situación de seguridad es compleja” por la presencia de grupos armados ilegales y la débil presencia del Estado.