El nuevo Gobierno esloveno del conservador Janez Jansa está aprovechando la lucha contra el coronavirus para ahogar la libertad de prensa y la democracia, siguiendo el ejemplo del nacional-populista primer ministro húngaro, Viktor Orbán, advierten ONG y asociaciones periodísticas.

"Los ataques han cobrado tal intensidad que ya representan un peligro para los periodistas, para los medios y la democracia", alertó la Asociación de Periodistas de Eslovenia (DNS).

SIMILITUDES CON HUNGRÍA

Spela Stare, secretaria general de DNS, explica a Efe que algunos periodistas son objeto de amenazas y ataques difamatorios por parte del primer ministro y medios cercanos a su Partido Demócrata Esloveno (SDS), "financiados abundantemente con dinero de empresas húngaras".

Jansa, admirador de Orbán y miembro también del Partido Popular Europeo, llegó al poder el 13 de marzo por un acuerdo de coalición, tras la renuncia del anterior Ejecutivo de centroizquierda, debido a que no contaba con una mayoría para sacar adelante proyectos legislativos.

El primer ministro húngaro se arrogó ayer poderes extraordinarios para gobernar por decreto de forma indefinida, bajo el pretexto de la lucha contra la epidemia de la Covid-19, lo que ha generado críticas internacionales.

El jefe del Gobierno esloveno, que estuvo en prisión por corrupción entre 2014 y 2015, comparte el discurso ultraderechista y contra la migración de Orbán, aunque su situación en el poder es mucho mas precaria que la de su aliado húngaro.

Jansa -apodado "príncipe de la tinieblas" por sus adversarios- lidera una frágil coalición de cuatro partidos que controlan 48 de los 90 escaños del Parlamento de esta pequeña república de dos millones de habitantes.

Aunque no se ha dictado el estado de emergencia por el coronavirus, esta semana la cámara votará fortalecer las atribuciones de la Policía para, por ejemplo, entrar en casa de los ciudadanos sin orden judicial con el objetivo de velar por el cumplimento de las medidas de confinamiento.

El Defensor del Pueblo afirmó ayer que resulta "difícil justificar la necesidad" de los nuevos poderes policiales extraordinarios que el Ejecutivo intenta introducir.

"Desde que llegó al poder el 13 de marzo, el Gobierno ha destituido a los jefes del Ejército, de la Policía y del servicio de inteligencia militar", mientras el jefe del servicio civil ha sido obligado prácticamente a dimitir, subraya a Efe el periodista independiente Blaz Zgaga.

ATAQUES A LA PRENSA

Siguiendo el ejemplo de Orbán, Jansa y los medios controlados por su SDS han lanzado una campaña difamatoria contra periodistas críticos, denuncia el reportero.

"Nos han tachado incluso de terroristas. Parece tratarse de un intento brutal de ahogar toda voz crítica y la libertad de expresión en Eslovenia, que, bajo el nuevo gobierno del aliado de Orbán, Jansa, se está convirtiendo en una provincia húngara", considera.

Solo por pedir acceso a informaciones sobre el "centro de crisis" de la lucha contra el coronavirus, Zgaga llegó a ser objeto de una campaña de difamaciones de las autoridades y medios próximos y últimamente está recibiendo amenazas de muerte anónimas.

Una de las primeras decisiones del nuevo Gobierno fue suspender la posibilidad de que los periodistas plantearan preguntas, "debido al peligro de contagio".

No sirvieron de nada las protestas de la Asociación de Periodistas, que propusieron videoconferencias u otros modos seguros de organizar ruedas de prensa. Pero eso solo ha sido el comienzo.

"La agencia de noticias eslovena (STA) y la radiotelevisión pública (RTVSlo) han sido también objeto de ataques por parte del actual primer ministro", explica Stare a Efe.

Jansa atacó a los periodistas de RTVSlo por publicar críticas a su decisión de subir los salarios de los ministros.

"Obviamente sois demasiados y se os paga demasiado bien", escribió Jansa en la red social Twitter, una crítica que fue secundada por otros miembros de su formación.

"Hay tantos periodistas en RTVSlo, que podrían ir a trabajar como voluntarios cincuenta a cada residencia de ancianos", fue uno de los comentarios del alcalde de la ciudad de Radenci, Roman Ljeljak.

La cadena de televisión privada Nova24tv acompañó esa "propuesta interesante" con fotos de dos periodistas de RTVSlo, Evgenija Carl y Mojca Pasek Setinc, que Jansa calificó años atrás de "prostitutas envejecidas", por lo que fue castigado en los tribunales a pagarles una indemnización.

También otros periodistas han sido difamados y han recibido amenazas de muerte en las últimas dos semanas.

Debido a sus ataques contra la prensa, Jansa suscitó numerosas protestas en sus dos mandatos anteriores como primer ministro, entre 2004 y 2008 y de 2012 a 2013.

ORGANIZACIONES INTERNACIONALES PREOCUPADAS

El Instituto Internacional de prensa (IPI) se ha manifestado "profundamente preocupado por lo que parece ser un entorno cada vez más tóxico para los periodistas de Eslovenia", según el jefe de esa organización para Europa, Oliver Money-Kyrle.

"Ante la actual emergencia sanitaria, es crucial que los periodistas estén en condiciones de trabajar sin miedo para garantizar un flujo libre de información al público", destacó.

Un comunicado de Reporteros Sin Fronteras (RSF), apoyado por seis organizaciones más, pidió la semana pasada que las autoridades eslovenas garanticen la seguridad para Zgaga y otros periodistas.

"Las autoridades estatales no deberían usar la crisis de la Covid-19 como pretexto para impedir a los periodistas ejercer su trabajo", subrayó