Argel - La crisis en Argelia sumó ayer un elemento con la inesperada muerte del jefe del Ejército, el general Ahmed Gaïd Salah, el hombre que ha marcado el ritmo del país desde que en abril él mismo forzara la renuncia del histórico presidente, Abdelaziz Bouteflika. Víctima de un infarto, el general murió a los 79 años en el hospital militar de Ain Naadja y fue reemplazado por el general Said Chengriha, hasta la fecha comandante jefe del Ejército de Tierra.

La última vez que se había visto en público a Gaïd Salah, un militar discreto que llevaba al frente de las Fuerzas Armadas desde 2004, año en el que fue designado por el propio Bouteflika, fue el pasado jueves durante la ceremonia de investidura del nuevo presidente del país, Abdelmejid Tebboun. Ataviado con el uniforme de gala, como era su costumbre, el general recibió ese día la medalla de la Orden de Mérito Nacional del rango "Sadr", la más alta distinción dentro del escalafón castrense.

Antes, el 11 de diciembre, había pronunciado su discurso, un breve mensaje al pueblo en el que le instaba a desoír los llamamientos de la oposición al boicot en las calles y a desbordar al día siguiente las urnas para "demostrar la fortaleza de Argelia". La victoria en los comicios sonrió a Tebboun, un hombre del aparato, próximo al propio Gaïd Salah, que fue elegido con un 54% de los sufragios en la consulta con la menor participación en la historia del país.

De origen "chawi", como la mayoría de los dirigentes argelinos, Gaïd Salah ha marcado en los últimos meses el paso político del régimen, sumido en un ejercicio de funambulismo con el que pretende saciar las ansias de cambio de la población sin que nada realmente cambie. Primero, al pedir la inhabilitación del hombre con el que trabajó codo con codo durante más de una década y al que sustituyó al frente del Ministerio de Defensa en 2013, año en el que Bouteflika sufrió un grave ictus que mermó su capacidad de gobernar.

Y después, sosteniendo el ritmo de la transición política junto al presidente del Senado y jefe de Estado interino, Abdelkader Bensalah, otro hombre de la vieja guardia cultivado en las filas del Frente de Liberación Nacional (FNL), el partido que gobierna en Argelia desde la salida de las tropas francesas.

Una intervención de Gaïd Salah ante las tropas fue el pistoletazo de salida de una campaña de "manos limpias" que desde entonces ha servido para purgar y encarcelar a decenas de militares de alto rango, políticos, empresarios y periodistas, todos ellos considerados afines al clan Bouteflika. - Efe