Berlín - La ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) cerró ayer su congreso con una cúpula renovada y ansiosa por romper su aislamiento respecto al resto del espectro parlamentario, pero a la vez cediendo terreno a su trinchera más radical. “Estamos dispuestos a asumir funciones de gobierno. Alemania nos necesita. Nos necesita ya”, clamó el copresidente del partido, Jörg Meuthen, reelegido para el cargo y representante del sector patriótico-conservador, los llamados moderados.

“Alcanzaremos el centro político con sensatez y conquistando nuevo electorado”, sostuvo su recién ascendido compañero en la dirección, Tino Chrupalla, sucesor en el puesto del veterano Alexander Gauland, que pasó a la presidencia honorífica. La elección de Chrupalla, con 44 años y el candidato más votado en su distrito de Görlitz (junto a Polonia) en las generales de 2017, fue posible con el apoyo de la llamada Flüge -el Ala-, el sector cercano al neonazismo y muy asentado en el este del país. Chrupalla quiere reunir las diferentes corrientes; asegura que el Ala es “parte integrante” de la AfD pero a la vez se mantiene alejado de ella. A esta incorporación en la cúpula siguió la de Andreas Kalbitz, reconocido cabecilla del ala radical y líder de la AfD en Brandeburgo, el Land que envuelve Berlín. Kalbitz fue elegido como vocal, lo que asienta a su sector en posiciones estratégicas.

El Ala, liderada por Björn Höcke, se encuentra en pleno auge, especialmente en la antigua RDA comunista, desde los tres éxitos electorales consecutivos logrados en septiembre y octubre en el este del país. En Brandeburgo, Sajonia y Turingia, la AfD ganó más del 20% de los votos y se convirtió en la segunda fuerza política. En Brandeburgo y Turingia incluso superó a los conservadores de Merkel. A la Flüge pertenecen varios de los cabecillas regionales que mejores resultados han logrado en el este. De hecho, Jörg Höcke se disparó al 27,5% en los comicios de su Land, Turingia. Contra algunos de sus miembros se han abierto -sin éxito- expedientes de expulsión tras incendiarias proclamas racistas o negacionistas del Holocausto. Se les considera, sin embargo, un peligro necesario, en tanto que grandes captadores del voto más joven y radical.

Armonia entre bandos El congreso, celebrado en Braunschweig (centro), se caracterizó por la armonía entre los oradores. El propósito de Meuthen era exhibir normalidad y defender a AfD como único socio posible para lograr mayorías conservadoras, sobre todo en el este del país. Beatrix von Storch fue reelegida como vicepresidenta con postulados parecidos. Sin embargo, la moderación no es la tónica en esta exeurodiputada, nieta de un ministro nazi, quien durante la crisis de los refugiados abogó por disparar sobre quienes desoyeran un alto en las fronteras y con varias denuncias por islamofobia. Von Storch dio que hablar también esta semana, al hacer un gesto desde su escaño en el Bundestag (Parlamento) con el que parecía amenazar con cortarle la cabeza a un orador socialdemócrata.

cordón sanitario El conjunto del espectro parlamentario descarta a la AfD como socio de gobierno o aliado externo. La ultraderecha, tercera fuerza del Bundestag, no ha logrado hasta ahora los apoyos precisos para acceder a una vicepresidencia del Parlamento, pese a que cada grupo parlamentario suele tener un puesto en la mesa. A escala nacional y también regional se mantiene el estricto cordón sanitario sobre la AfD, una formación nacida en 2013 que tiene ya escaños en las cámaras de los 16 Länder del país. Su presencia ha alterado el esquema de las alianzas tradicionales y obligado a recurrir a nuevas constelaciones. Sajonia será gobernada por un tripartito entre conservadores, socialdemócratas y verdes. La misma coalición gobierna también en Brandeburgo y Sajonia-Anhalt -asimismo en el este-, mientras que en otros Länder se experimentó el tripartito entre conservadores, liberales y verdes. Meuthen se dice convencidos de que, más pronto que tarde, se romperá su aislamiento. La Flüge parece preferir seguir en la oposición ruidosa e incendiaria.