Londres - El primer ministro británico, Boris Johnson, ha buscado asesoramiento legal sobre la posibilidad de suspender el Parlamento durante cinco semanas con el fin de evitar que los diputados pudieran -llegado el caso- forzar una nueva prórroga del Brexit.

Según unos e-mails intercambiados recientemente entre asesores gubernamentales, a los que ha accedido el dominical The Observer, Johnson habría preguntado al fiscal general, Geoffrey Cox, si el Parlamento podría clausurarse a partir del próximo 9 de septiembre, poco después del regreso del receso estival, el 3 de septiembre.

El dominical británico señala que podría tratarse de un plan concertado destinado a que los diputados no pudieran ampliar el plazo para la salida del país de la Unión Europea (UE), fijado para el 31 de octubre, en caso de que Johnson no consiguiera forjar un acuerdo con Bruselas antes de esa fecha.

En un e-mail enviado por asesores del Ejecutivo a otro asesor de Downing Street, escrito en los últimos diez días, queda claro que Johnson solicitó información sobre la legalidad de ese movimiento.

Algunos diputados laboristas y tories favorables a la Unión Europea (UE) han reaccionado con indignación por considerar que el cierre del Parlamento, como método para evitar que se pueda bloquear una salida abrupta de la UE “potencialmente desastrosa”, sería una “afrenta a la democracia”, además de “profundamente irresponsable”. “Cualquier plan para suspender el Parlamento en estos momentos sería espantoso. Los diputados deben aprovechar la primera oportunidad para abortar ese plan y frenar un Brexit sin acuerdo”, señaló el responsable laborista para el Brexit, Keir Starmer.

El ex fiscal general, Dominic Grieve, un prominente tory partidario de la permanencia en el bloque, indicó, según cita el dominical, que de ser correcta esa información “muestra el desprecio de Boris Johnson por la Cámara de los Comunes (...). Excluir al Parlamento de una crisis nacional que amenaza el futuro del país es totalmente erróneo”. Por su parte, Johnson, quien ha participado este fin de semana en la cumbre del G7 en Biarritz, ha instado a los 27 a prescindir de la “salvaguarda” irlandesa -protocolo ideado para evitar una frontera física- a fin de poder alcanzar un acuerdo con la UE. El mandatario británico admitió ayer que lograr un acuerdo sobre el Brexit es todavía “incierto” y subrayó que lo importante es estar preparado para la posibilidad de que no se consiga. “Todo depende de nuestros amigos de la Unión Europea y de los socios”, indicó en declaraciones a la BBC.

En un encuentro bilateral ayer con el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, Johnson subrayó que “la cercanía de Reino Unido” hacia sus “amigos europeos continuará más allá del 31 de octubre, pase lo que pase”. Un día antes las divergencias entre ambos quedaron en evidencia cuando se responsabilizaron respectivamente en caso de que finalmente Reino Unido salga en esa fecha de la UE sin un acuerdo.

En su primera reunión cara a cara en Biarritz, Johnson apostó, no obstante por la cordialidad, al menos de puertas hacia afuera.

Aeropuertos Por otro lado, los principales aeropuertos del Reino Unido deberán introducir sistemas de escáner en 3D de los equipajes de los viajeros antes de que termine 2022, según los planes del Gobierno de Londres anunciados ayer. Se trata de una medida destinada a reforzar la seguridad, agilizar los controles antes de embarcar y que podría poner fin a las restricciones actuales para viajar con líquidos y ordenadores portátiles. El equipamiento es similar a los escáneres que se emplean en los hospitales y ya se está instalando en el aeropuerto de Heathrow. - Efe