Brasilia - Los incendios que se expanden en la Amazonía, con especial incidencia en Brasil pero también en Bolivia, disparan alarmas en el mundo por la importancia medioambiental del que es considerado como el mayor pulmón vegetal del planeta. Las ONG recuerdan que el “desmatamento” del Amazonas es para producir la soja que alimenta a los pollos y cerdos de las granjas europeas. Greenpeace y WWF lamentan que las políticas, actuaciones y declaraciones del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, alimentan la impunidad en los incendios que están devastando la selva del Amazonas y que en su mayoría están provocados con la intención de ganar terreno para la ganadería y, sobre todo, para el cultivo de productos para la alimentación animal.

“Quieren despejar la selva. Este es un proceso continuo cada año en la época de las queimadas para plantar soja, aceite de palma o caucho y que está llevando la tasa de deforestación a una situación problemática”, denuncia el responsable de la campaña de Bosques de Greenpeace, Miguel Angel Soto a Europa Press. Además, lamentan las declaraciones del presidente brasileño que este miércoles acusó a las ONG ambientales de quemar el Amazonas como venganza por no recibir fondos gubernamentales y su decisión de retirar el Fondo Mundial para el Amazonas, dedicado, precisamente, a preservar la selva y evitar los incendios en ella y que recibe importantes aportaciones de países europeos. “Además de un incendio forestal con miles de focos ardiendo, este es un incendio político ante el que Bolsonaro ha reaccionado de la peor manera”, opina Soto, que agradece que durante la negociación del acuerdo comercial entre la UE y Mercosur se pusiera como condición a Brasil que no puede abandonar el Acuerdo del Clima de París, siguiendo la estela de su homólogo estadounidense Donald Trump.

En todo caso, Soto precisa que el hecho de que arda la Amazonía y desaparezcan extensiones inmensas de superficie forestal afecta a todo el planeta. Así, comenta que esto lleva a un “círculo vicioso”: a más deforestación, más gases de efecto invernadero y más calentamiento global y, a su vez, más cambios en el suelo y en el régimen de precipitaciones”.

En ese contexto, recuerda que bosques y océanos son los grandes reguladores del clima planetario y que este año hay “muy malas señales” como el deshielo en Groenlandia, los incendios en la Taiga Siberiana, la temperaturas del Atlántico, 2 grados más alta de lo normal, o los 32 grados centígrados de este verano en Alaska.

De ese modo, vaticina que aunque la emergencia climática no explica los incendios, sí explica por qué son tan virulentos y por qué se prolonga el verano, la temporada de incendios y aumentan las olas de calor.

Bolsonaro, por su parte, niega haber culpado a las ONG ambientales de provocar estos incendios forestales, aunque admite que el comentario se basaba en sus conjeturas o desconfianzas, y asegura que el Gobierno está investigando los fuegos que están devastando la selva.

Recursos insuficientes En un discurso retransmitido por Facebook, el presidente ultraderechista brasileño ha admitido también que el Gobierno de Brasil carece de los recursos necesarios para luchar contra los incendios en la selva amazónica que este año registra un récord de siniestros. Respecto a sus presuntas acusaciones a las ONG ambientales, el gobernante ha garantizado que “nunca” ha declarado que estas hayan iniciado o provocado fuegos en la selva, sino que solo estaba expresando sus propias conjeturas.

Por su parte, el secretario general de la ONU, António Guterres, se mostraba ayer “profundamente preocupado” por los incendios, donde se han registrado, entre enero y el 18 de agosto, 38 228 focos. “En medio de una crisis climática internacional, no podemos permitir que se produzcan más daños en una importante fuente de diversidad y oxígeno”, afirmó Guterres en Twitter.

Brasil registró entre enero y las tres primeras semanas de agosto 71.497 fuegos, el mayor número para este período en los últimos siete años, y más de la mitad se reportaron en la mayor selva tropical del mundo. - Efe