WASHINGTON. La tormenta, que tocó tierra ayer en Luisiana tras haber sido brevemente huracán antes de llegar a la costa, se mueve a un ritmo lento por el interior del estado a una velocidad de entre 5 y 10 millas por hora (unos 8 y 17 kilómetros por hora), informó el Canal del Tiempo.

Desde ayer, ha habido inundaciones en partes de la costa de Luisiana en el golfo de México: el nivel del agua ha estado entre 2 y 3 pies (61 centímetros y 91,5 centímetros) por encima de lo normal en áreas costeras como Vermillion, Iberia y Saint Mary.

Pese a su debilitamiento, la alerta por inundaciones persiste en zonas de Luisiana, así como de los estados de Misisipi, Alabama, Arkansas y Tennessee.

El lago Pontchartrain era uno de los puntos más vulnerables de sufrir inundaciones en Luisiana, aunque por el momento la situación no se ha desbocado.

El alcalde de la ciudad de Mandeville, Donald J. Villere, cuya población se ubica a orillas del lago, señaló a Efe por teléfono que tan solo se inundó una calle próxima a Pontchartrain sobre las 05.00 hora local de este domingo (10.00 hora GMT).

"Pasó rápidamente de una pulgada (2,54 centímetros) de agua a unos dos pies (60 centímetros)", indicó Villere, quien subrayó que "gracias a Dios" no ha ido a más.

"El viento fuerte apenas ha causado daños y como mucho se ha inundado el sótano de alguna casa pero poco más", destacó el alcalde, quien aseguró que ninguna persona ha tenido que ser evacuada de su vivienda ni se han sufrido cortes de la corriente eléctrica.

Pese a que los daños han sido limitados en Mandeville, Villere se mostró precavido y partidario de que los vecinos permanezcan en sus casa.

"Creo que necesitaremos un par de días para limpiar las calles. Aquí estamos acostumbrados a este tipo de fenómenos y las casas están preparadas", opinó.

El gobernador de Luisiana, John Bel Edwards, reiteró en Twitter su llamamiento a extremar la precaución:

"Conforme Barry se mueve por el estado, todavía tenemos varias horas por delante de lluvia, tornados y clima severo", dijo Edwards.

Actualmente, hay uno 126.560 usuarios sin corriente eléctrica en Luisiana, de acuerdo a los últimos datos proporcionados por la página web Poweroutage.us.

Una de las compañías eléctricas que operan en ese estado, Entergy Louisiana, informó en su cuenta de Twitter de que tiene 65.000 clientes sin corriente, que llegaron a ser cerca de 85.000 en los momentos de más virulencia de Barry.

El Centro Nacional de Huracanes (NHC, en inglés) apuntó que se espera que en las próximas horas Barry se degrade a depresión tropical: "La principal amenaza ahora es la lluvia intensa y la potencial inundación desde el estado de Luisiana hasta el valle del bajo de Misisipi", tuiteó el organismo.

Las autoridades no anunciado hasta ahora víctimas por la tormenta, aunque los daños materiales se calculan en miles de millones de dólares.

El medio de pronósticos meteorológicos AccuWeather estima que el daño total y la pérdida económica ocasionada por Barry es de entre 8.000 y 10.000 millones de dólares.

Antes de alcanzar tierra cerca de Intercoastal City, en Luisiana, Barry se convirtió en el primer huracán de la temporada atlántica con vientos de categoría 1 en la escala Saffir/Simpson de un máximo de cinco, hasta que se transformó en tormenta tropical al alcanzar la costa.

La tormenta mantiene ahora vientos máximos sostenidos de 40 millas por hora (65 kilómetros/hora) y se mueve en dirección norte a 9 millas por hora (15 kilómetros/hora). Se espera que el lunes Barry alcance Arkansas.

La temporada de huracanes en la cuenca atlántica comenzó oficialmente el 1 de junio, pero antes, el 20 de mayo, se formó al sur-sureste de Bermuda una tormenta subtropical, "Andrea", que se debilitó enseguida y no causó daños.

El pronóstico actualizado de la Universidad Estatal de Colorado (CSU) difundido esta semana indica que la actividad de la actual temporada de huracanes en el Atlántico será "casi promedio", con 14 tormentas tropicales, seis de las cuales se convertirían en huracanes, el primero de ellos Barry, aunque lo fue por corto tiempo antes de tocar tierra.

Luisiana sufrió en 2005 los efectos del huracán Katrina, que ocasionó más de 1.800 muertes, especialmente en la ciudad de Nueva Orleans.