ROMA. La embarcación, "Sea Watch 3", de bandera neerlandesa, se encuentra a tres millas (unos 5 kilómetros) de la costa, en frente del monumento conocido como "Puerta de Lampedusa, Puerta de Europa", en memoria de los migrantes muertos en su viaje al continente europeo, según muestran los medios locales.

En su interior se encuentran 42 de los migrantes salvados el 12 de junio en el Mediterráneo central (en un principio eran 53 pero el resto fue desembarcado por razones médicas) y han pasado dos semanas en el mar, a la espera de un puerto seguro en el que desembarcar.

La tripulación se niega a devolver a estas personas a Libia, al no considerarlo un país seguro, y durante la noche no han recibido la autorización para llegar a tierra italiana, confirmaron a Efe fuentes de la organización.

La ONG exigió hoy el desembarco de los migrantes y, en un mensaje en Twitter dirigido a la Unión Europea (UE), aseguró que "se ha esperado una noche pero no se puede esperar más", declaró.

"La desesperación de las personas no es algo con lo que se pueda jugar", advirtieron, en alusión al estado de los rescatados.

Más tarde publicó: "Han pasado 23 horas desde que entramos en aguas italianas por necesidad. Nos vimos obligados porque por dos semanas ninguna institución de la UE asumió la responsabilidad. ¿Debemos seguir solos o hay alguien que recuerde su deber de proteger la vida en el mar?".

Italia mantiene una política de puertos cerrados a las naves de las ONG impulsada por el ministro del Interior, el ultraderechista Matteo Salvini, que las acusa de favorecer la inmigración ilegal.

Ayer miércoles la capitana de la "Sea Watch 3", la alemana Carola Rackete, de 31 años, quebrantó la prohibición de Salvini y entró en aguas italianas sin permiso para llevar a los migrantes al puerto, aunque fue bloqueada a poca distancia por efectivos policiales.

"Las autoridades italianas subieron a bordo, fuimos parados fuera del puerto deLampedusa. Han controlado la documentación del barco y nuestros pasaportes. Ahora esperan instrucciones de sus superiores. Espero que bajen a los náufragos pronto", dijo Rackete en Twitter.

Salvini, visiblemente irritado, ha exigido a los Países Bajos y a Alemania, países de bandera de la nave y de la ONG respectivamente, que asuman su responsabilidad y se repartan los migrantes, y hoy acusó de nuevo a la organización de hacer "política" con su rescate.

"Sea Watch ha hecho una campaña política a costa de la seguridad de 42 personas. En 15 días podrían haber llegado a Países Bajos dos veces. Rechazaron los puertos seguros más cercanos. Las ONG ayudan a los traficantes de seres humanos", tuiteó hoy el ministro.

Después, en una entrevista radiofónica, expresó su deseo de que las autoridades judiciales emitan una orden de arresto contra la tripulación del barco por entrar sin permiso en aguas italianas.

Por su parte, la ultraderecha italiana pide que se arreste a la tripulación, se deporte a los migrantes y se hunda el barco, mientras que desde la izquierda y colectivos por los Derechos Humanos se suceden las muestras de solidaridad.

Y la Red Antifascista italiana ha recogido ya 50.000 euros en donaciones a través de las redes para que Sea Watch haga frente a las posibles multas por entrar en aguas territoriales.

Además, la ONG española Proactiva Open Arms ha anunciado que retoma los rescates en el Mediterráneo central, a pesar de la prohibición de las autoridades españolas y la política restrictiva de Italia para las labores humanitarias en alta mar. E