Bruselas - El Reino Unido, Italia, Grecia, Francia o Alemania. Los resultados de las elecciones europeas están cobrándose sus primeras víctimas en los Estados miembros. La última en sufrir el torbellino electoral ha sido Berlín. Tras el batacazo en las urnas, Andrea Nahles, líder del Partido Socialdemócrata alemán, presenta este lunes su dimisión, haciendo temblar los pilares de la gran coalición e impulsando el retiro anticipado de Angela Merkel. Las urnas europeas tienen su réplica en las capitales casi tanto como ocurre en el camino inverso. Dos primeros ministros han caído desde los comicios celebrados hace solo una semana. Theresa May en el Reino Unido y Sebastian Kurz en Austria. Uno, el primer ministro griego, ha anunciado la celebración de elecciones anticipadas; mientras que las coaliciones en Alemania e Italia, dos de los motores de la Unión Europea, podrían saltar por los aires en cualquier momento. Y en Francia se resquebraja la derecha tradicional. Los Republicanos (LR), el gran partido de la derecha francesa, quedó este lunes sumido en la incertidumbre y sin aspirantes declarados para sustituir a su presidente, Laurent Wauquiez, que dimitió tras el varapalo histórico en las recientes elecciones europeas.

Si con las urnas todavía calientes Alexis Tsipras, primer ministro griego, anunciaba la anticipación de las elecciones generales tras cosechar su primera derrota y el sorpasso de Nueva Democracia a Syriza, estos días las cosas también se le han puesto feas a la canciller alemana Angela Merkel. Ayer, Andrea Nahles dejaba de ser la primera mujer al frente del Partido Socialdemócrata. Los comicios europeos consolidaron la caída de la formación progresista. Nahles tuvo que soportar fuertes críticas al recabar sólo el 15% de los votos, su mínimo histórico, quedando por detrás de la Unión Cristiano Demócrata (CDU) de Merkel (28,9%), y Los Verdes (20%), que se encuentran en pleno auge.

Los malos resultados ponen contra las cuerdas a los socios de gobierno de Merkel que contemplan abandonar la gran coalición como un golpe de efecto para volver a seducir a su electorado. El escrutinio en Alemania sigue la misma tendencia que el general en toda la UE: se está consolidando la muerte del bipartidismo. Los dos partidos de la gran coalición perdieron el domingo 18 puntos porcentuales con respecto a las elecciones de 2014, lo que podría empujar a los Socialdemócratas a desvincularse de una alianza que rubricaron por responsabilidad más que por convicción.

De confirmarse, sería el principio del fin de una Merkel saliente que no atraviesa su mejor momento político. Los rumores que apuntan a que la canciller no terminará el mandato previsto hasta 2021 no son nuevos, pero estos días están cobrando más fuerza. Además, la semana pasada saltó a la luz que la líder germana que no ve a su sucesora Annegret Kramp-Karrenbauer (AKK) preparada para el cargo. La propia AKK ha salido del paso reiterando que espera mantener viva la gran coalición durante los próximos dos años.