Bruselas - Todavía queda más de un año para que Alemania celebre elecciones. Sin embargo, y tras los resultados obtenidos en las elecciones europeas concluidas el domingo, Angela Merkel ya ha empezado a mover hilos. ¿Cómo? Primero, asegurando su intención de mantenerse al frente hasta 2021, cuando se celebren los comicios en Alemania. Y, segundo, admitiendo haber perdido la confianza en su sucesora, Annegret Kramp-Karrenbauer (AKK). El congreso de Hamburgo marcó el fin de una era que empezó hace 18 años, cuando Angela Merkel se hizo con las riendas de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) alemana. Era 7 de diciembre de 2018. Tan solo unos meses antes, la canciller alemana había anunciado que dejaba la dirección del partido, abriendo así la carrera por la sucesión y estableciendo fecha y lugar: diciembre y Hamburgo.

Tras el anuncio, varios dirigentes del partido reaccionaron expresando su intención de optar al cargo. Pero de entre todos, destacó una: Annegret Kramp-Karrenbauer (AKK). La conocida como “mini-Merkel” pertenece al ala más centrista del partido y desde siempre se había mostrado una sintonía entre ambas, pues por ejemplo AKK fue una de las que apoyó a Merkel en su política de puertas abiertas para los refugiados o del “no” al matrimonio homosexual -que finalmente fue aprobado el 30 de junio de 2017-. Pragmática, poco dada a mostrar sus emociones y con fama de eficiente, AKK ha sido ministra de Interior y de Educación y jefa de las juventudes en el Sarre (Alemania). Merkel premió su sencillez y su militancia, y la aupó al puesto para sucederla, siempre de forma discreta. Pero todo ha cambiado.

Angela Merkel está perdiendo la confianza en su sucesora. De hecho, según ha dado a conocer Bloomberg, Merkel ha comenzado a dudar si Kramp-Karrenbauer está a la altura del cargo. Con este telón de fondo, Merkel ha dejado clara su intención de permanecer en el poder hasta que termine su mandato en 2021, acallando así los rumores que iban creciendo en el seno de su partido y que decían que la canciller iba a abandonar el cargo antes de tiempo. Pero, ¿qué ha pasado para que se de esta pérdida de confianza? Una de las razones es la pérdida de popularidad de AKK dentro de la CDU, percepción que también ha sido vista por los ciudadanos alemanes. Según los datos del barómetro político del pasado mes de marzo, solo un tercio de los alemanes considera que la sucesora de Merkel reúne los requisitos para ser canciller. Además, el 51% opina que AKK no tiene las capacidades necesarias para el puesto.

Otro de los motivos que ha llevado a la canciller Angela Merkel a declarar que no cree que AKK pueda hacer frente al partido es el resultado del partido en los últimos comicios europeos, en los que la CDU obtuvo el 28,9% de los votos. Estos datos suponen una pérdida de 6,4% respecto a los comicios del 2014 y las críticas han sido tales, que en el partido se está hablando de convocar una reunión para principios del mes de junio a fin de analizar profundamente los motivos de esta pérdida de votos.