Naciones Unidas - Una larga guerra civil, la expansión del terrorismo y una eventual partición del país son las negras perspectivas que esperan a Libia si no se detiene la actual escalada del conflicto, advirtió ayer la ONU.

Ghassan Salamé, el enviado de Naciones Unidas para el conflicto libio, presentó ante el Consejo de Seguridad un sombrío análisis de la situación como resultado de la ofensiva sobre Trípoli iniciada el pasado 4 de abril por el mariscal Jalifa Hafter. La batalla por la capital entre las fuerzas del hombre fuerte del este del país y las del Gobierno respaldado por la ONU han situado a Libia “al borde de caer en una guerra civil que podría llevar a la división permanente del país”, según el diplomático.

“Tras 48 días de ataques sobre Trípoli de las fuerzas del general Hafter ya ha habido demasiada muerte y destrucción. (...) Llevará años reparar el daño hecho hasta el momento, y eso únicamente si la guerra terminase ahora”, avisó.

Un abatido Salamé recordó que la ofensiva se puso en marcha justo cuando Libia comenzaba a mejorar y se preparaba para una Conferencia Nacional impulsada por la ONU para buscar una salida a la larga crisis vivida desde la caída del régimen de Muamar al Gadafi.

Desde hace varios años, el país está inmerso en el caos, con dos gobiernos enfrentados entre sí, uno apoyado por Naciones Unidas y que apenas controla Trípoli, y otro en liderado por Hafter desde su bastión en el este. “Ver a aquellos que aceptaron con entusiasmo nuestra invitación (...) de pronto tomar las armas contra los otros para atacar o defender la capital me ha llevado a los niveles más profundos de tristeza por la oportunidad perdida”, lamentó el diplomático. Ahora, Salamé teme que la lucha sea “sólo el comienzo de una larga y sangrienta guerra en la orilla sur del Mediterráneo, que pone en peligro la seguridad de los vecinos inmediatos de Libia y de la región mediterránea”. “Este es el informe que durante dos años he estado tratando de evitar tener que hacer”, aseguró al inicio de su presentación.

Consecuencias Los combates en las afueras de Trípoli han dejado alrededor de medio millar de muertos y han desplazado a más de 75.000 civiles, mientras que más de 100.000 personas estarían atrapadas en el frente. Más allá de la situación en la capital, la ONU avisa de que esa confrontación va a tener consecuencias devastadoras para el resto del país, empezando por un resurgir del terrorismo.

Según Salamé, el “vacío de seguridad” creado por el avance de las tropas de Hafter del sur de Libia a Trípoli y la atención de sus rivales en esa batalla ya están siendo explotados por los grupos terroristas Estado Islámico (EI) y Al Qaeda. “En el sur de Libia, las banderas negras del EI están apareciendo”, apuntó Salamé, y recordó que desde el inicio de los combates en Trípoli el 4 de abril ya ha habido cuatro ataques del grupo terrorista en esa zona. - Efe