El país centroamericano celebra elecciones con primera vuelta en junio próximo y segunda vuelta en agosto. “Hemos avanzado en derechos. No todo son tristezas. Pero puede avecinarse un proceso de reforma constitucional que, en lugar de para el progreso puede servir para dar más poder a las élites neoliberales y extractivas”, advierte.

Daniel Pascual perdió tres hermanos y otros familiares en lo que describe como “Conflicto Armado Interno”. La guerra en Guatemala, una de las más largas del siglo XX, ensangrentó el país entre 1960 y 1996. Murieron 200.000 personas de una población de cinco millones. Un porcentaje enorme que define el horror y explica las cicatrices. Fue en Guatemala donde las dictaduras inventaron el cruel sistema de las desapariciones que se extendió después a otras zonas. Un triste honor.

¿Cuál es la situación en su país?

-El estado guatemalteco se fundó a base de sometimiento y esclavitud, a sangre y fuego. Ahora existe un debate sobre la modificación de la Constitución o la celebración de una Asamblea Constituyente porque la actual norma básica se elaboró en plena guerra.

¿Qué objetivo tiene su paso por Europa?

-El objetivo es denunciar y difundir la realidad de Guatemala. Que se conozcan distintas versiones acerca de la realidad de nuestro país, porque el Gobierno cuenta que toda va miel sobre hojuelas.

¿Se han producido avances en estos años tras la guerra?

-Nosotros frenamos la ley privatizar las semillas. La paramos y le pusimos el nombre de Ley Monsanto. La llamamos así para que se entendiera mejor lo que significa modificar semillas para terminar obligando a los campesinos a comprarlas. Pero seguimos con la lucha contra la corrupción y la impunidad en Guatemala. Avanzamos en la recuperación de los derechos de los indígenas sobre la tierra, aunque quedan muchas cosas por hacer en cuanto a la agroecología, derechos de las mujeres o redes de comercio de alimentos, por ejemplo.

Explique brevemente su planteamiento.

- Venimos de procesos de resistencia al poder y promulgamos la filosofía del buen vivir, para aprovechar lo necesario de lo que da la Madre Tierra pero sin destruirla. Hoy, los derechos indígenas están incluidos en la Constitución de Bolivia, Ecuador es un Estado Multicultural según su Constitución. Otros países queremos avanzar hacia ese reconocimiento, pero resulta difícil.

¿Se presenta usted a las próximas elecciones en Guatemala?

-Nosotros, como CUC, no nos presentamos a las elecciones. Hay como seis partidos con un discurso más o menos de izquierdas. Tres de ellos sí que hablan de modificar la Constitución.

¿Qué defienden otros partidos?

-El peligro es que los partidos conservadores también quieren aprovechar el momento para favorecer aún más el neoliberalismo y el extractivismo, además de la impunidad. Ese es un interés común de militares, narcos, algunos partidos y algunos empresarios. Quieren promulgar 25 leyes que desmontarían los procesos judiciales abiertos contra la corrupción y la impunidad. Además, el Gobierno pelea contra la ONU y las embajadas que piden más transparencia.

¿A tanto llega la corrupción?

-En Guatemala se han encontrado vínculos de altos cargos del gobierno con estructuras delictivas, tramas de generación de puestos de trabajo ficticios para llevarse el dinero, etc. Todo esto generó indignación, grandes movilizaciones y la caída del gobierno de Otto Pérez Molina en agosto de 2015. Ahora, sus sucesores están contra la pared.

¿Cómo se presenta el proceso electoral?

- En junio será la primera vuelta de las elecciones en Guatemala. Y en agosto, la segunda. Tememos que se origine un retroceso en los derechos humanos. Nuestro país da síntomas de poder caer en una situación como la de Honduras que nos empuje a una crisis mayor.

Daniel Pascual volverá a pisar Guatemala el 6 de abril. Anuncia movilizaciones antes del final de la primavera. Hasta la fecha ha sufrido varios atentados. “Uno a finales de enero de 2013: como quince hombres con machetes bloquearon en la calle el automóvil en el que viajábamos varios compañeros en San Juan Zacatepec. Preguntaron por mí. Esto tenía que ver con la implantación de una cementera en el municipio que ha originado años de resistencia, con asesinatos e incluso masacre de 8 ó 9 hombres en una acción que quisieron encubrir”, explica.

También le espera una demanda que le puede llevar ante los tribunales por presuntas injurias a un poderoso personaje de la élite guatemalteca. Una más, tras seis sobreseídas. Daniel no teme a los leones.