Bruselas - La Comisión Europea impuso ayer una multa de 1.490 millones de euros a Google por abusar de su posición de dominio en el mercado de la publicidad en línea a través de su servicio AdSense for Search, la tercera sanción en menos de dos años por actitud contraria a la libre competencia. La comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager, ha cerrado en ese periodo, y meses antes de concluir su mandato de cinco años, las investigaciones abiertas por su predecesor en el cargo, Joaquín Almunia.

Esta es la tercera y menos cuantiosa multa que inflige Bruselas al gigante tecnológico después del castigo récord de 4.343 millones de euros por utilizar su sistema operativo Android para reforzar la posición de dominio de su buscador, y de la sanción de 2.424 millones de euros de junio de 2017 por abuso de dominio con su servicio Google Shopping. En esta ocasión, Vestager explicó que Google impuso “cláusulas restrictivas” en contratos con páginas web de terceros que impidieron a sus rivales emplazar en ellas sus propios anuncios relacionados con búsquedas.

“Esto es ilegal bajo las normas antimonopolio de la UE”, subrayó la comisaria, quien explicó que el comportamiento irregular duró diez años, de 2006 a 2016, durante los cuales la firma estadounidense “negó a otras empresas la posibilidad de competir en los méritos e innovar” y motivó que los consumidores acabaron pagando “precios más altos”. La investigación de la CE mostró que Google incluyó cláusulas de exclusividad en sus contratos, de manera que se prohibía a las webs situar ningún anuncio de búsqueda de competidores en sus páginas de resultados de búsquedas.

También que empezó gradualmente a reemplazar esas cláusulas de exclusividad por otras, llamadas de emplazamiento “premium”, que requerían a las páginas web reservar los espacios más rentables en sus resultados de búsquedas para los anuncios de Google y exigían un mínimo de éstos. Como resultado, los competidores no podían acceder a esos puestos preferentes para situar sus propios anuncios.

Por último, la CE halló que, desde marzo de 2009, también incluía cláusulas que pedían a las páginas web una aprobación por escrito de Google antes de hacer ningún cambio en la manera en que se mostraba cualquier anuncio de un rival, lo que implicaba que el gigante de Mountain View pudiera “controlar cuán atractivos” eran los anuncios de la competencia para clicar en ellos. La Comisión precisó que, entonces, la compañía introdujo una estrategia de “exclusividad relajada” a fin de reservar para sus propios anuncios de búsquedas las posiciones más valiosas y para controlar el rendimiento de los anuncios de sus competidores. - Efe