Dejó su firma bordada en la bandera de la casa del pueblo de Ortuella en 1932 sin prever que cuatro años después aquella inscripción la podía delatar durante la estallada Guerra Civil. A sus 25 años, cosió su nombre con mimo en el borde superior derecho de aquella seda roja. Era Goya Ruiz Ibarra, nacida, crecida, fallecida y sepultada en el barrio Nocedal del municipio minero.

“Lo interesante en este caso es que detrás de la bandera no hay solo un pueblo o una ideología, sino una persona, una mujer, y hemos podido saber quién era y contactar con su familia”, detallan satisfechos Pablo Domínguez y Aiyoa Arroita, miembros de la Mesa de la Memoria Ortuella e investigadores del blog Crónicas a pie de fosa.

El estandarte sindicalista ha estado expuesto en Ortuella este mes y volverá al centro que la conserva, a la colección del Museo de la Sociedad Amigos de Laguardia. “Para antes del 31 tengo que bajar a entregarla”, agrega Domínguez.

Goya Ruiz Ibarra llegó al mundo en 1907. Bordadora, elaboró la bandera de la “U.G. de T” -como se lee en el paño- para la casa del pueblo del PSOE de Ortuella. “La bordó de forma gratuita, ya que ella era militante del sindicato obrero socialista”, aportan los investigadores.

Fue ella misma quien relató a su familia su labor al hacer la bandera y el suceso de su desaparición. Consultada al respecto su sobrina Mari Cruz, relata a DEIA que “nos hablaba muchísimas veces de ella, pero pese a que vivió sus últimos años en mi casa no sabía cómo era y verla en la exposición ha supuesto una emoción terrible. No sabía ni que pudiera estar bien conservada”, enfatiza Mari Cruz Fernández Ruiz, de 83 años y residente en la actualidad en Castro Urdiales.

El estandarte tiene cuatro años más que Mari Cruz, 87. “La historia -expone Domínguez- nos cuenta que tras ser incautada como trofeo de guerra por los soldados franquistas el 23 de junio de 1937, quedó en posesión de alguno de ellos. Los soldados las vendían o cambiaban por comida a quien las quisiera, al igual que cualquier otro material que cayese en sus manos. De esa forma nos cuentan que llegó la bandera a la colección de la Sociedad Amigos de Laguardia”.

Goya sufrió represalias por haberla bordado y por su afiliación sindical republicana. “Algún vecino o vecina la denunció por ello ante las nuevas autoridades franquistas, aunque al final la soltaron a los pocos días”, según explican desde la Mesa de la Memoria Ortuella.

La sobrina de la bordadora cuenta que sus dos hermanos Jesús y Flora también abrazaban el dogma socialista heredado de sus padres Cruz Ruiz, de Güeñes, y Dolores Ibarra, de Sodupe. “Goya fue siempre de UGT. De hecho, nos contaba que con la bandera solía salir en aquellos tiempos a las manifestaciones. Ella misma la portaba con su forma de ser alegre, de cantar en todo momento. Siempre fue socialista”, recalca Mari Cruz. A continuación matiza que “la bordó en su casa, no en la casa del pueblo como he leído por ahí. Así nos lo hizo saber ella, una mujer que dibujaba muy bien”. Después de la guerra regentó un pequeño local de bordado en Ortuella para tener su jornal. “Cosió mucho para Las Arenas, Algorta, Gallarta... Mi hija, tras haber visto sus bordados y dibujos, en cuanto vio la bandera en la exposición supo a primera vista que aquella era la letra de la tía Goya. La reconoció al instante”.

Encuentro emotivo Este “trofeo de guerra” se ha expuesto en varias ocasiones (1994 y 2016) en Laguardia y esta ha sido la primera vez que ha partido de su lugar de custodia para regresar a la localidad donde fue capturada hace ahora 82 años. En Bizkaia ya estuvo en Maruri-Jatabe, y en Gipuzkoa en Oñati.

El contacto con la sociedad de Laguardia fue muy amable y cortés. “Extendimos suavemente la bandera como si fuese el último objeto conservado de nuestra historia. El momento fue muy emotivo para nosotros, alejado de cualquier interés político. Era la bandera de un sindicato de Ortuella desaparecida durante la guerra y con eso nos bastaba, historia primero y memoria después. Regresaba a Ortuella tras 82 años de exilio forzoso en concepto de cesión para la muestra”, subrayan Arroita y Domínguez.

La bandera es de gran tamaño y está realizada en seda de color rojo con la leyenda bordada en mayúsculas Casa del Pueblo U.G. de T Ortuella y “unas manos en el centro dándose la bienvenida también bordadas. Sobre y bajo ellas tienen lo que suponemos son dos ojos bordados esquemáticos”.

La familia de aquella luchadora antifascista agradecería que la bandera se conservara en Ortuella. “A mí me gustaría que se quedase aquí, aunque ya me han dicho que se la llevan de nuevo”, lamentan. Los investigadores aseguran que en el municipio no hay delegación de UGT y que el Gobierno español decretó que no se han de devolver los trofeos de guerra. “Sería bonito que el Museo la donara al pueblo, eso sí”, concluye Domínguez.