Bilbao - Ni el hecho de que cayera en el día del señor que creó a la mujer pecadora ni el temor al contagio del virus que está copando todos los titulares lograron ayer que la lucha feminista perdiera fuelle. Alrededor de 52.000 personas, según la Policía Municipal, participaron en la manifestación convocada en Bilbao por el movimiento para defender una "igualdad real" y reclamar que "otro modelo social y productivo" es posible. Antolatu indarrak, batu borroka feministara fue el lema de la pancarta que capitaneó la gran marea morada que recorrió la Gran Vía bilbaina, desde Sagrado Corazón hasta el ayuntamiento de Bilbao, a través de una manifestación reivindicativa con tintes festivos. "Todas las proclamas siguen vigente", expuso la bilbaina María Braun, entre consignas a favor de la abolición de la prostitución o contra la violencia de género en una marcha en la que se coreó Gora borroka feminista de forma incesante.

Ella se unió a la manifestación con un letrero que rezaba el ya famoso Sola y borracha quiero llegar a casa. "Es supersimple de entender, las mujeres queremos llegar a casa sin tener que depender de nadie y en cualquier condición. No tengo por qué ser la culpable de haber tomado cuatro copas y que alguien me haga algo", sentenció la joven quien el año pasado se acercó con otro lema: Nos quieren musas porque nos temen como artistas. "Parece que no cambia nada, se avanza muy poco a poco. Aunque este año tenemos a una ministra de Igualdad que es muy feminista y creemos que puede ayudar y que las medidas que va a tomar van a ser muy buenas", consideró en alusión a Irene Montero, que ha promovido el polémico lema del que la joven bilbaina se hizo eco.

Antes de que la manifestación partiera a las 13.00 horas, diferentes columnas de mujeres llegaron desde los barrios de Bilbao y otras localidades de Bizkaia. Cánticos como No son muertes, son asesinatos o Alianza criminal, patriarcado y capital se escucharon nada más comenzar el trayecto. Naia Torrealdai, portavoz de Bilgune Feminista, apuntó que este año la movilización central se hacía a primera hora de la tarde para que se visibilizase la fuerza del feminismo. "En el momento en que toma más fuerza y se van dando más avances los bandos más reaccionarios enseñan sus dientes. Tenemos claro que vamos a estar de frente, que no pasarán, y que nuestro feminismo siempre será antifascista y será un proyecto radical en el que aquellos que hablan de una igualdad falsa no tienen cabida", aseguró.

Vestidas en su mayoría de negro y con prendas moradas, la marea de mujeres, que contó con más presencia masculina que otros años, se movió entre letreros que rezaban No somos histéricas, somos históricas o El patriarcado mata más que el coronavirus a otros lemas más pedestres pero igual de pegadizos como Estoy hasta las tetas de hacerte las croquetas o Mi coñazo mola mazo.

Tras una de las pancartas, un grupo de adolescentes procedentes de un centro de menores de Bizkaia acompañadas por una educadora social hizo constancia de su suma a una lucha que tienen muy interiorizada. "A las chicas que somos extranjeras nos afecta mucho más, hay gente que nos rechaza por ser de fuera", reveló una de ellas. Otras jóvenes marroquíes recordaron cuál es la situación de las mujeres en su país de procedencia, donde están completamente invisibilizadas: "La mujer tiene que estar en casa, limpiando, fregando, cuidando a sus hijos...". Por ello, declararon que su migración es forzosa: "Venimos a mejorar nuestra vida".

"La lucha ahora es mucho más diversa e intercultural", consideraron a escasa distancia de estas jóvenes Isa Villares y María Solán, procedentes de Barakaldo, donde las movilizaciones comenzaron a las 8.00 de la mañana. "En los últimos años se ve mucha gente joven, incluso menores, organizándose, ha habido una revolución. Existe conciencia y rabia", indicaron. A juicio de estas mujeres que llevan acudiendo a las manifestaciones "más de 40 años", "lo importante es la reivindicación, el año pasado hubo mimbres para hacer una huelga general y el resultado fue muy potente. El feminismo da espacio a otras luchas. ¿Que otro año se plantea otro tipo de lucha? Ahí estaremos. No es más ni menos, es diferente".

Muchas jóvenes sí, pero también participaron las pensionistas. "Somos enfermeros jubilados. Nuestro colectivo ha estado muy feminizado. El ambiente nuestro es de apoyo siempre", evidenciaron Ave Mari y Aingeru, un matrimonio que acudió a la marcha en compañía de Bego e Imanol, otra pareja. "El otro día recordábamos que participamos en la campaña de solidaridad a favor de las once mujeres de Basauri que fueron condenadas por abortar en 1976", rememoraron. "Se ha avanzado mucho. Cuando se dice que estamos igual no es cierto", añadieron Bego e Imanol, quienes reivindicaron la importancia de trasladar la lucha al día a día. "Igual tenemos que coincienciarnos no para venir a una manifestación sino para hacer la repartición de tareas en el hogar", opinaron.

Al llegar al ayuntamiento, las integrantes del movimiento feminista procedieron a la lectura de un comunicado en el que se felicitaron por "tomar las calles y demostrar que la capacidad de movilización y organización es enorme". Asimismo, recordaron que defienden un "feminismo anticapitalista" y advirtieron que a pesar de los "éxitos" de los últimos años quedan nuevos desafíos como "hacer frente a un feminismo vacío de contenidos que, además, quiere aprovechar nuestra fuerza para convertir el feminismo en objeto de consumo y enriquecerse a su costa". No faltaron las reivindicaciones contra el racismo y la xenofobia, así como al patriarcado que "mercantiliza, maltrata y violenta " el cuerpo de las mujeres. La jornada finalizó con una comida popular y una kalejira.