Donostia- Nacida en Tolosa hace 56 años, la presidenta de la sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) es tan accesible como popular. Nunca oculta su opinión y es partidaria de que los jueces, llegado el caso, se expresen más allá de sus sentencias. “Los y las juezas también tenemos ideología”, afirma para justificar su presencia en diversos foros. Y precisamente esa ideología a punto estuvo de hacerle aparcar su carrera judicial y llevarle a la política, aunque finalmente desechó la petición de Podemos para ser candidata a lehendakari en las elecciones autonómicas de otoño. Tras el plantón de Biurrun, el partido morado todavía sigue buscando y los comicios están a la vuelta de la esquina.
¿Es definitiva su negativa a liderar la candidatura a lehendakari?
-Me llama la atención la pregunta. Mis razones son las que son, no van a cambiar en tan poco tiempo. Podría ocurrir un cambio de circunstancias vitales muy grande, pero no lo preveo.
¿Por qué rechazó la oferta?
-Como ya dije en su día, eran razones personales. Hay situaciones que conllevan un cambio en la vida y yo en este momento quiero mantenerla como la llevo, además de otras razones profesionales y sociales.
¿Tuvo que ver con su diferente punto de vista con la dirección de Podemos, cuya prioridad declarada era la del desalojo a toda costa del PNV?
-No tuvo nada que ver. Yo soy consciente de que en cualquier fuerza política mi coincidencia sería parcial, nunca absoluta. No hubo ninguna razón política para no aceptar esa petición.
¿Qué cree que lleva a Podemos a tocar la puerta de personas conocidas para liderar sus candidaturas?
-Me remito a lo que dijo y sigue diciendo Podemos sobre esto. Quieren alguien que sea un referente social, que coincida en las líneas básicas de sus propuestas políticas.
¿Está Podemos preparada en la CAV para gobernar? ¿Genera confianza suficiente para ello en la sociedad?
-Es innegable que lleva ya tres elecciones in crescendo con resultados espectaculares. Además, en otros lugares está gobernando en ayuntamientos muy grandes de una manera distinta de lo que se venía haciendo. Rajoy dice que gobernar no es fácil, yo diría que no debe ser tan difícil porque algunas comunidades o ayuntamientos han estado gobernadas por personas normales y diferentes. Por eso creo que Podemos Euskadi puede estar perfectamente preparada para gobernar, entendiendo que ya no vamos a ver gobiernos en solitario. Ninguna fuerza política gobernará en solitario, para bien de todos.
¿Cree que Podemos puede repetir en otoño los resultados de las últimas elecciones y adelantar al PNV?
-No creo que se puedan trasladar los resultados. Son elecciones bien distintas y es evidente que en estos comicios, tanto aquí como en Catalunya, ha pesado mucho el deseo de cambio de gobierno en el Estado. No creo que se vaya a dar esa circunstancia en las autonómicas. Aunque es claro que va a tener un hueco social importante.
¿Debería presentarse con IU-Ezker Anitza o en solitario?
-No lo sé. A mí me daba la sensación de que la coalición electoral con IU y Ezker Anitza tenía recorrido como mínimo hasta las autonómicas, pero en este momento no sé lo que van a decidir. En Euskadi ha funcionado la coalición. Se han dejado 19.000 votos sobre los que habían recogido por separado el 20-D, pero no es un dato demasiado significativo teniendo en cuenta la abstención y lo que han perdido otros partidos. Intuyo, aunque no tengo información, que lo que ha funcionado aquí podría seguir perfectamente, sin perjuicio de que después Podemos e IU en el resto del Estado se lo planteen de cara al futuro.
¿Puede presentarse Arnaldo Otegi como candidato a las autonómicas, o está inhabilitado para ello por sentencia judicial?
-En función de lo que dice el fallo de la sentencia que lo condenó en su día y comparando con lo que ocurrió con su compañero de partido y actual parlamentario de EH Bildu Iker Casanova, entiendo que la situación es muy similar. Por eso creo que la respuesta debiera ser la misma. Toca esperar a ver lo que dicen primero la Junta Electoral y luego, en su caso, los tribunales. Creo que podrá presentarse, pero esto no deja de ser una elucubración. A mí me gustaría que pudiera presentarse, me parecería inadecuado dar una respuesta distinta a la de Iker Casanova, salvo que haya un fundamento real y nos lo expliquen.
Usted siempre ha merodeado la política: estuvo cerca de EE, luego de Ezker Batua y ahora le han tentado desde Podemos. ¿Es compatible eso con su profesión de jueza?
-Es perfectamente compatible. Hay países como Alemania en los que los y las juezas pueden incluso militar en partidos políticos y sindicatos y nadie cuestiona su independencia. Una cosa es la militancia en un partido y otra es la opinión política que uno pueda tener. No puedo creer que las personas que trabajamos en el poder judicial no tengamos ideología. La tiene todo el mundo y no tenerla, o decir que no se tiene, denota bastante ideología. Yo no voy a dejar de dar mi opinión cuando se pueda y si me la piden. Es más preocupante quien la oculta.
¿Ve necesaria una regulación legal sobre el tránsito de los jueces a la política y su retorno a los juzgados?
-Entiendo algunas cautelas en la participación de jueces en la política y el retorno a la actividad judicial, sobre todo cuando se han ocupado cargos de responsabilidad en gobiernos. Sería razonable que alguien que vuelve del gobierno no pueda estar en la jurisdicción contencioso-administrativa en la que va a tener que examinar actuaciones del gobierno o de instituciones públicas. Tampoco en la jurisdicción penal, en la que se van a examinar delitos de corte político como la corrupción. Pero para el resto no debería haber mucha limitación. Por otra parte, la limitación del retorno de los jueces a la carrera judicial tras haber pasado por la política siempre perjudica a los partidos pequeños, porque los grandes les pueden mantener tres o cuatro años en su estructura, pero los pequeños no tienen medios para hacerlo.
¿El juez solo puede hablar en sus sentencias? ¿Debe callarse fuera?
-Los jueces también podemos disfrutar de un derecho de ciudadanía como es el de la libertad de expresión. La gente aún tiene una imagen distorsionada por un pasado de dictadura y hay que acostumbrarse a que jueces y juezas, al tiempo que profesionales de la justicia, somos ciudadanos.
¿Cómo ve una jueza tantos casos de corrupción que no pasan factura en las urnas?
-Yo creo que sí han pasado factura, quizás no en estas últimas elecciones pero sí en las anteriores de diciembre. No hay que perder la perspectiva, ya que hace seis meses el PP se dejó en el camino alrededor de dos millones de votos y perdió la mayoría absoluta y no pudo sacar adelante la investidura ni formar gobierno. Quizás lo sorprendente sea que no lo pague aún más, pero la ciudadanía cambió su orientación el 20-D.
¿Concibe unas terceras elecciones?
-Yo pensaba que no íbamos a tener unas segundas elecciones y que el PSOE iba a facilitar de alguna manera la investidura de Rajoy. Pero no fue así y, en consecuencia, no me atrevo a decir nada sobre unas terceras.
¿Qué le pediría la nuevo Gobierno?
-Hay muchos temas, pero uno importante es el de la despolitización del CGPJ, cuya imagen confunde mucho a la ciudadanía y perjudica la acción de la Justicia. Se pide que los doce miembros de extracción judicial (los que tienen que ser jueces y magistrados) sean elegidos por los propios jueces, ese sería un cambio radical. Es un tema prioritario.