BILBAO. Un jurado popular formado por siete mujeres y cuatro hombres juzga en Bilbao, desde este lunes, al presunto asesino de la hija de su pareja, una niña de 3 años de edad, en octubre de 2013 en Barakaldo. Preside el juicio, el magistrado de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Bizkaia Alfonso González Guija.
Los hechos se remontan al 3 de octubre de 2013, cuando el acusado, natural de Ponferrada (León), que se encargaba del cuidado de la hija de su pareja sentimental, regresó al domicilio común en el barrio de Retuerto, tras recoger a la menor en el colegio, ubicado en Cruces.
En los escritos de calificación, el Ministerio Fiscal señala que, una vez en el domicilio, tras recoger a la menor del colegio, sobre las 17.25 horas, "por motivos no aclarados, el imputado sujetó con su mano derecha por debajo de la mandíbula la cabeza de la menor y con nimo de atentar contra su vida la golpeó contra la pared del pasillo de entrada al menos en dos ocasiones, sin que Yaiza pudiera, en ningún momento, hacer frente a tal acto".
Tras los impactos recibidos, continúa el escrito, Yaiza sufrió "traumatismo craneoencefálico cerrado, causante a su vez de una hemorragia intracraneal y en edema cerebral que le produjo una disfunción neurológica y, como consecuencia inmediata de todo ello, la muerte". Como lesiones, la menor presentó "una equimosis en región frontal con morfología cuadriculada y equimosis digitada a nivel submandibular". Por lo que califica por un delito de asesinato con alevosía, porque la menor "no tuvo ninguna posibilidad de defenderse" del ataque de su agresor que "ejercía de padre", el Ministerio Fiscal pide para el acusado una pena de 18 años de prisión.
La acusación particular que representa al padre de la menor, Bruno Francisco D.S., mantiene que la niña "no presentaba ninguna lesión compatible con una caída reciente por unas escaleras". "El acusado intentaba ocultar sus actos sosteniendo que la muerte de la menor se produjo por una caída casual por las escaleras de acceso a la vivienda", mantiene en su escrito de acusación el abogado que representa al padre de la menor, que pide 20 años de prisión por un delito de asesinato.
En el escrito de acusación formulado por la madre, Ruth S.J.R., se califican los hechos como un delito de asesinato, por lo que se solicitan 18 años de prisión para Víctor Manuel D.S..
Por su parte, el abogado defensor mantiene que "no ha quedado acreditada la participación dolosa" del imputado en el fallecimiento de Yaiza y destaca que, tras el incidente sufrido por la menor, "trató de auxiliarla llamando a los servicios de urgencias y obedeciendo todas las instrucciones que le indicó el médico para reanimar y auxiliar a la menor". Por ello, pide la libre absolución del acusado, porque "no había ánimo de matar, móvil no parece que existiera y, en todo caso, sería un caso de homicidio involuntario".
En la primera sesión del juicio, el acusado ha declarado que, tras dejar a la menor sola en casa para bajar al coche, que estaba aparcado frente al domicilio, para buscar el tabaco y el móvil, volvía a la vivienda cuando un vecino le dijo que Yaiza le estaba llamando porque "sonaba el teléfono de casa".
"Abrí tan fuerte la puerta, le di un trompazo y me quedé clavado en la puerta. Jamás pensé que la niña iba a estar detrás de la puerta, la cerré, y en segundos la volví a abrir, y estaba la pobre niña tumbada boca arriba llorando, que le dolía la cabeza", ha declarado, para asegurar que quería a Yaiza "más que a mis propias hijas, le di todo mi amor" y que "nunca la maltraté, nunca la pegué".
Según ha dicho, declaró a la Ertzaintza y a los servicios de emergencia que se había caído por las escaleras porque "me entró miedo, pánico, no sabía que hacer". "Me salió que se había tropezado y caído por las escaleras, mantuve siempre esa versión, aunque cada vez que asistía al juzgado algo me decía que soltara la verdad, pero algo me frenaba", ha confesado el acusado, que solo contó la nueva versión a su abogado este mismo mes de septiembre cuando se encontraba en prisión preventiva en Nanclares.
Preguntado por las marcas que la menor presentaba en el cuello bajo la mandíbula, el acusado ha dicho que no le vio ninguna marca y ha insinuado malos tratos por parte de la abuela materna, lo que la madre de la menor ha negado, y ha asegurado que acude al juicio a "decir la verdad", porque ya cometió "el error de no decirla cuando la tenía de decir".
LAS PRUEBAS "NO CONCORDABAN"
Por su parte, la madre de la niña, Ruth S.J.R., que tiene una hija del supuesto homicida de un año y medio, ha dicho que, al principio, creyó la versión del acusado de que la menor se cayó por la escaleras porque "`quién se iba a imaginar que la persona que tienes al lado iba a hacer eso!", pero, pasado el tiempo y tras conocer los informes forenses, "las pruebas que había no concordaban con lo que él me repetía una y otra vez".
Ruth, que no pudo ver a su hija hasta tres días después del fallecimiento en el Instituto Anatómico Forense, ha declarado que solo vio "una rojez en el cabeza, una hinchazón". Tras recibir los informes forenses, ha insistido, "las pruebas no concordaban con lo que decía, yo le preguntaba todos los días qué había pasado y el decía que había sido un accidente, que él iba delante subiendo las escaleras cuando oyó un golpe fuerte, se dio la vuelta y se había caído".
"El seguía manteniendo la misma versión, la contaba muy tranquilo, con mucha frialdad, demasiada, pero ahora no creo que falleciera de un modo accidental", ha afirmado la madre, que ha declarado tras un biombo, para asegurar que el acusado es una persona "fría y calculadora".
Unos meses después del nacimiento en enero de 2014 de la hija que tiene con el acusado, Ruth, que vivía en una casa de acogida, rompió la relación con el acusado, que se encontraba trabajando en Francia y solo mantenía contacto telefónico para hablar de la hija que tienen en común, a la que "nunca" le pasó una pensión.
Tras negar que en septiembre de 2014 se trasladara con el acusado a León para que la familia de éste conociera a la hija de ambos, lo que Víctor Manuel asegura, la madre de Yaiza ha explicado que en noviembre de 2014 denunció al acusado por amenazas y la juez dictó una orden de alejamiento, por lo que no puede acercarse a ella ni a su hija. Fue en ese momento, cuando, según ha dicho, se enteró de que víctor Manuel tenía "un montón de antecedentes".
Por su parte, una prima de Ruth que ha declarado como testigo ha afirmado que la única vez que vio a los tres juntos se dio cuenta de que el acusado "no trataba bien a mi prima y la niña no quería ir con él, y no era por una rabieta". Por otro lado, la tutora de la niña ha declarado que no vio "nada extraño" y que la entrega de la niña a su padrastro a la salida del colegio era "iba con normalidad".
El vista oral contra V.M.D.S. debía haberse celebrado en enero de este año, pero el acusado huyó y la vista oral tuvo que ser suspendida. El supuesto homicida fue localizado en Francia el pasado mes de abril e ingresado en prisión a la espera de que la celebración del juicio. En la sesión de esta martes está previsto que declaren los agentes de la Ertzaintza que acudieron al domicilio tras recibir el aviso de Emergencias.