BILBAO - Su plan no terminó como ellos esperaban. Un vehículo Honda Accord chocó ayer contra una furgoneta de reparto, modelo Iveco, tras una persecución policial a la altura del cruce de la N-634 con la carretera del Juncal, en Trapagaran, dirección Cantabria. El transportista salió ileso, pero el conductor y el copiloto del vehículo fugado tuvieron que ser trasladados al hospital de Cruces para tratar sus heridas, de diversa consideración. Unas horas después, ambos recibieron el alta y el conductor, A. D. T., que en el momento del accidente se encontraba bajo los efectos del alcohol y sustancias estupefacientes, fue detenido por la policía municipal de Trapagaran.

A primera vista, podría tratarse de una película de ciencia ficción. Pero es realidad. Todo comenzó sobre las 10.20 horas cuando una patrulla de la Policía Municipal de Trapagaran estaba apostada en las cercanías del viaducto que sobrevuela la carretera que une Trapagaran con Barakaldo. En ese instante, los agentes vieron cómo un vehículo circulaba a gran velocidad y que, incluso, realizó un adelantamiento en línea continua. Los agentes, tras ser testigos de esta conducción temeraria, dieron el alto al vehículo. Sin embargo, al conductor, un hombre de 29 años, no pareció importarle en exceso las indicaciones de los agentes municipales y, lejos de pisar el freno, aceleró. Curiosamente en el mismo sentido del infractor pasó poco después un coche de la Ertzaintza, al que los agentes locales informaron sobre lo ocurrido. Y así, durante casi dos kilómetros, los tres vehículos circularon a gran velocidad por la carretera. Uno huía. Los otros dos seguían. Durante los minutos posteriores, el vehículo perseguido no cesó en su empeño por huir y se saltó el ceda al paso que permite la incorporación a la N-634, chocando con la parte trasera del furgón.

Vuelco lateral

El choque fue de tal magnitud que el Honda Accord rompió el eje trasero de la furgoneta y se encajonó parcialmente bajo su estructura, provocando el vuelco lateral del vehículo. "Si llega a ser un coche pequeño lo parte en dos", comentaban algunos de los clientes del bar Gure Toki Berria, situado frente al lugar del accidente poco después del suceso.

En su caída, la furgoneta incluso llegó a arrancar parte de la valla y un trozo de muro de una huerta cercana. Como consecuencia del impacto A. D. T. quedó atrapado en el interior del vehículo hasta que fue atendido por el personal sanitario. Sin embargo, el copiloto, un hombre de 26 años no se rindió y emprendió por segunda vez su huida. Esta vez a pie aunque se desplomó apenas cincuenta metros después.

Según pudo saber DEIA, A. D. T., una vez atendido por los sanitarios, se puso violento por lo que fue necesario esposarlo a la camilla para su posterior traslado al hospital. Además, varios testigos del accidente relataron que no paraba de gritar y lamentarse en voz alta: "Me tenía que haber matado".

Según informaron fuentes municipales, el conductor se encontraba bajo los efectos del alcohol y sustancias estupefacientes, por lo que fue detenido acusado de desobediencia grave a la autoridad y de conducción temeraria. Además, el accidente también causó fuertes retenciones, ya que la carretera fue cortada al tráfico en ambos sentidos, hasta las 13.00 horas, momento en el que pudo ser habilitado el carril de circulación en sentido Santander. Cincuenta minutos más tarde, la carretera volvió a la normalidad tras finalizar los trabajos de retirada de los vehículos siniestrados.