Síguenos en redes sociales:

El padre de la prestigiosa pintora mexicana Lourdes Arrechea

El padre de la prestigiosa pintora mexicana Lourdes Arrechea

bilbao. La Ciudad de México fue testigo el pasado 12 de septiembre de la pérdida de Martín Arrechea Amorena. Según consta en datos de estadística de movimientos migratorios iberoamericanos consultados por este diario falleció el mismo día que cumplía 85 años. Este vasco era del valle del Baztan, de forma más concreta de Elbete, localidad de la que partió al país americano para "trabajar y labrarse un futuro, lo que consiguió agradecido siempre al país azteca que le acogió con generosidad", según valora su amigo Lander Santamaría. Su primer oficio, según las fuentes consultadas fue agricultor. Arrechea era padre de la actual presidenta de la Euskal Etxea-Centro vasco de la capital azteca y reconocida pintora, Lourdes Arrechea.

Martín nació en el municipio citado de Nafarroa el 12 de septiembre de 1928. En 1947, a la joven edad de dieciocho años partió ya hacia México. Su salida hacia el país de su ansiado progreso fue Portugal, más concretamente, su capital, Lisboa, el 9 de abril de aquel año en curso. Viajó en avión.

Ya en las mugas mexicanas conoció a la mujer que a la postre fue su esposa, María Jesús Indart, con la que tendría cuatro hijos: Martín, José Javier, Miguel Ángel y María de Lourdes. Esta última, según informa Lander Santamaría, es "una reconocida y polifacética artista plástica y actual presidenta de Euskal Etxea capitalina, el centro vasco de la Ciudad de México, casada con Josetxo Garaikoetxea, de la casa Atxoborroa de Lekaroz, que le han dado tres juguetes, sus nietos Iñaki, Fernanda y Maitane que eran toda su ilusión", cita.

El servicio de Migración mexicano le recibía como un hombre de 1,69 metros de estatura, de "complexión fuerte, de cejas y nariz rectas; pelo y ojos castaños, y de boca pequeña". Como curiosidad, su ficha de llegada indicaba que hablaba dos lenguas: "español y vasco" y que se confesaba de "religión católica".

La hija menor del matrimonio, Lourdes, evoca al talante de su aitatxo con valores humanistas. "Nos enseñó a sus hijos a amar y respetar el país donde nacimos y agradecerle que todos saliéramos adelante, también nos aleccionó siempre a recordar y querer a nuestro Baztan de origen; y en las visitas al valle siempre nos llevó a Amonea, el solar familiar, para que conociéramos, de primera mano, nuestra etxea y nuestra cultura, orgullosos de nuestro mestizaje".